8~ 🔥Lindo angelito

30 4 7
                                    

🔥 🔥 🔥

◊JADE◊

Estar encerrada me hace enfadar, todo esto es ridículo. Casi como tratar de ponerle correas al viento o maldecir en una iglesia o parar de comer por un año, ósea es una imposibilidad que me da migraña, duele en el cuerpo y enoja en el alma. Honestamente preferiría estar muerta justo ahora que pasarme horas acostada en la cama del demonio más incorrecto que pueda existir. Este imbécil se cree que puede hacer, decir e imponer todo lo que se le viene a la mente solo porque es alto y moreno, con esas manos fuertes y sus ojos oscuros, dejando de lado el hecho claro de que tiene un cuerpo para morirse, es jodidamente sexy casi tan guapo como idiota y pervertido.

- ¿Que tienes?

-No pienso hablarte de nuevo -le respondo cuando escucho su pregunta y me obligo a mí misma a enfocar la mirada en el techo sobre su cama de color café. Todo en este lugar es tan sencillo que resulta tranquilizante, porque sí, me esperaba una pared llena de armas de mil siglos de antigüedad, tal vez uno que otro cuerpo o cabeza colgante adornando las esquinas, pero es un lugar limpio, que incluso huele bien. Maldito demonio, maldito sea su cuerpo, sus abdominales y su sonrisa ladeada que me eriza la piel.

- ¿Tan importante es tu vida que quieres irte?

-No te atrevas, esto está mal y lo sabes, ¡Quiero irme porque es mi derecho y no puedes hacerme esto!

- ¿Tienes que gritar todo el tiempo?

Muerdo mi labio porque creo que sí me estoy alterando más de lo necesario y eso no se debe ver bien, pero de todas formas no me importa lo que él piense y termino ignorando su pregunta. Nunca me han hecho nada como esto, he peleado con demonios, he estado cerca de las puertas del infierno, he salvado a humanos que no valían la pena el esfuerzo y he terminado herida muchas veces en batallas pero siempre me repongo, siempre tengo la opción de seguir mi camino hasta el cielo donde vivo. Tampoco es como que sea irremplazable pero tengo mi puesto, una lista de tareas y mandatos que cumplir, cosas que debo hacer en lugar de seguir encerrada como si fuese una niña castigada por no comer sus verduras.

-Esto es estúpido, dame una buena razón para estar aquí.

Los ojos del demonio me miran fijamente, desafiando mi cordura o mi poco manejo de emociones, pero no me intimida en absoluto.

-No has dicho nada del beso, solo te quejas porque no puedes irte pero el hecho de que te besara te tiene como si nada... ¿Por qué?

-Me das igual, por eso.

-No -él niega con la cabeza y golpea un costado de la cama con su pierna, en sus ojos ahora puedo ver un creciente enojo iluminado por unas líneas rojas-. Correspondiste, tú también querías ese beso.

- ¿Sabes lo que es seguir la corriente? Eso hago contigo, te sigo el juego para sobrevivir y poder irme de una buena vez.

- ¿Entonces estás jugando tu propio juego?

-No te pongas sensible demonio, eres un maniático y un pervertido que me tiene como un trofeo en su habitación así que no te atrevas a juzgarme por intentar mantenerme con vida.

Una mueca que no consigo entender se apodera de su rostro mientras me mira, me siento expuesta bajo su escrutinio por lo que quito mi mirada tratando de enfocarme en los colores de la habitación. En el piso de madera oscura, en las paredes blancas, en los muebles pintados de negro, en la camiseta sucia que yace en el suelo cerca de la puerta, en cualquier cosa que no sean sus ojos o sus labios.

-No te voy a matar Jade, no te haré daño -dice luego de unos minutos demasiado incómodos, suspira y se levanta-. No soy capaz de lastimarte.

- ¿Ahora debo creerte solo porque si? ¡Wade tú me secuestraste! ¿Ahora estás diciendo que no me harás daño? ¡Ja! No me jodas, ni tú te crees eso.

New Haven|| °PAUSADA° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora