Sólo dame una cita.

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De la forma más firme que pudo, tomó a la pequeña en brazos que sollozaba y se sento con naturalidad en la silla que generalmente resguardaba.

-Shhh.-susurro con dulzura-Tranquila Hinata, yo estoy aquí-la niña abrió sus ojos al escuchar su nombre y la azabache le sonrió, sin embargo, la niña no paró su lamento y la mujer suspiró, estaba exahusta. Ella junto al Hokage habían estado toda la noche cuidando a la pequeña, y como si no fuera suficiente, habían tenido que lidiar con Naruto y su problema extincencial.
La puerta se abrió de golpe, dejando a la vista a un Kakashi con un bebero en mano y un café en la otra, además que por un "accidente" con vómito su típico chaleco era reemplazado por la capa del Sexto Hokage. Se acercó a la mujer y le tendió la bebedera con leche tibia y dejó el café sobre el escritorio, a la par que él se sentaba sobre este.
-Gracias.-susurro y se la tendió a la niña que la tos  con gusto y cesó su llanto.

-Imagino que estas bastante cansada, ¿porqué no duermes un poco?-ella le dedico una mirada cansada y asintió.

-Lo se, pero ¿quien cuidaria de ella?

-Yo lo hare-respondió el Hatake con superioridad, tomó a la pequeña entre sus brazos y se incorporó a un lado de Shizune.-Duerme y si tengo problemas te despertare, lo prometo.

[...]

Tras su atentado en la Torre del Hokage, Naruto había decidido volver a casa. Era la primera vez en mucho tiempo que su hogar se sentía tan inmenso y sólo. Caminaba por los pasillos, tratando de alejar sus pensamientos de la chica que le había robado el corazón hace tiempo, sin éxito. Suspiró y se sentó en la mesa, parecía más grande, o tal vez él se había encogido.

-Hinata. -susurro, con la pequeña muñequita que su novia había hecho, era una versión de ella y Hinata tenía la de él, ambas tejidas por la Hyuga.

"Cuando estemos en una misión, podremos llevarlos con nosotros para sentirnos más cerca". Había dicho Hinata antes de entregarle la pequeña muñeca.

-Hinata.-una lágrima traicionera cayó sobre el rostro de la Hina-muñeca, Naruto se abrazó a ella con fuerza, era lo único que le quedaba.-Por favor Hinata, perdóname y vuelve a casa.

Como si algo lo hubiese escuchado, un brillo a lo lejos le dañó la vista, se levantó con la muñeca entre sus brazos y se acercó a el, entonces lo vio, como si le recordará su desgracia. El anillo de matrimonio entre sus ropas de combate, lo tomó entre sus manos y lo inspecciono: De oro blanco <<Como sus ojos>> pensó y una pequeña piedrecita azul <<Como mis ojos>> recordó y cerró el puño en torno a él, con rabia y frustración, después lo soltó sin ganas mientras sin desearlo se llenaba de ira. Miro a la Hina-muñeca y la tomó entre sus brazos con fuerza.

-¡¿Porque tuviste que dejarme?!-grito con rabia.-¡¿Porque tuviste que ir a esa estúpida misión'ttebayo?! ¡¿Porque tuviste que beber esa maldita cosa?! ¡¿Porqué...-su voz se apagó poco a poco y su agarre se a flojo.-Porqué tu Hina-chan?

Dejó a la muñequita en su lugar, junto al anillo, cuando escucho el sonido de la puerta, de mala gana se encaminó hacia ella y al abrir se quedo sin aliento.

-Sasuke.

[...]

Sakura miro a la pequeña entre sus brazos, sorprendida y con los nervios a flor de piel, no era suficiente. El antídoto de Tsunade no era suficiente.
-Hiashi, tome esto.-le tendió la bebedera con medio antídoto en ella. Él, tembloroso, la tomó agradecido.-Llevala al hospital, ahí lo veré en cuanto pueda.

-De acuerdo, vamos Hanabi-los Hyuga salieron de la Oficina. La angustia comía viva a Sakura ¿Y si no lograba duplicar el antídoto?  Kakashi la observaba, esperando respuestas.
-Lo intentaré.-musito.

-No quiero que lo intentes, quiero que lo hagas-respondió el Hokage, Sakura deseo que Sasuke estuviera a su lado en ese momento, hace tiempo que no se sentía tan vulnerable. Asintió y salió corriendo.

La imagen de Hinata, la chica que se había convertido en su mejor amiga comenzaba a desvanecerse, todo dependía del líquido de su bolsillo, de las habilidades que tenía como ninja y como persona. Deseo poder quebrarse, deseo poder llorar o simplemente, respirar tranquila
-Hinata.-susurro, con un nudo en la garganta, el reloj corría sin descanso, si no lo lograba, ella desaparecería y jamás se lo perdonaria.-Aguanta-ahogó un grito y como pudo siguió de pie rumbo al hospital.

[...]

-Kakashi

-¿Qué ocurre, Shizune?-el anterior nombrado la miro y ella aguantó el aire.

-Ahora que Sakura y los otros han vuelto, ¿que pasará con nuestra mentira?

-Ah, eso-el hombre se encogió de hombros.-Supongo que tendré que desmentirla, aunque tal vez habrá muchas personas molestas, en especial Tenzo

-¿Te... Tenzo?-susurro

-Si.-sacó una camiseta con una imagen de Shizune y él en el centro.-Ah mandado a hacer cientos de estas, tal vez me mate por mentirle.

-Kakashi.-su corazón dio un vuelco e intento tranquilizarse.-Hemos estado mucho tiempo juntos, incluso antes de que fuera Hokage, tu y yo estuvimos en la Academia y a pesar de que nuestros caminos estuvieron separados de alguna u otra forma siempre estuvimos juntos.

-Lo se, a sido todo una locura, ¿no lo crees?-se levantó y la encaró, ella enrojecio ante el acto

-Kakashi... Se que todo lo que dijiste era para protegerme pero, yo ya no puedo verlo así y quiero hacer las cosas correctamente.-lo tomó por los hombros y se acercó a el.-¡Por favor, sólo acepta una cita!-roja como tomate deseo poder saber la respuesta del Hokage.-¡Sólo te pido una cita!

Regrésame al Presente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora