CAPITULO 10: AFUERA DEL ROPERO

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Fueron muchos años en los que los Pevensie y la chica Montclair gobernaron Narnia, durante este tiempo, Peter era considerado el mejor Rey que alguna vez tuvo Narnia, Susan era considerada la más bella de las reinas y Lucy era bien sabido que la menor de los gobernantes era muy enamoradiza pues en varias ocasionas juraba amar a algún príncipe pero al día siguiente cambiaba de opinión, por su parte Edmund y Anya crecieron y se enamoraron, por cual, con la bendición de Peter y Aslan, se casaron 

- Iré con los chicos a cazar un ciervo... ¿Vienes? – Pregunto Edmund mirando a su esposa

- No, amor... Prometí al señor Tumnus hacer mis deberes hoy – La morena abrazo a su esposo mientras este le daba un beso en la frente

- Bien... Volveré pronto, no te esfuerces de más– Edmund se encamino a la puerta y Anya sintió como algo dentro de su pecho se oprimía

- Cariño... -

- ¿Sí? –

- Ten cuidado – Edmund sonrió a su esposa pues le encantaba que a pesar de todos estos años se siguiera preocupando por él, cómo cuando eran unos niños

- Siempre – Y con eso el azabache se fue dejando a la Reina sola en la habitación, sin saber que ese sería su último momento juntos...

OoOoO OoOoO

Al caer la noche, la Reina Anya se preocupó al ver que ni su esposo ni su familia volvían, daba vueltas por todo el castillo hasta que vio entrar a Oreius al comedor con una mirada de tristeza

- ¿Está todo bien, Oreius? –

- Su Majestad... Encontraron las coronas de los Reyes y Reinas tiradas en el bosque... Solo estaba eso... Ni siquiera sus caballos se encontraban cerca... -

- Envíen grupos a buscar a diferentes lugares, todo con discreción no queremos que otros países se enteren aun de esto... Debemos encontrarlos –

El tiempo paso y ellos nunca volvieron, Anya se mostraba fuerte y segura durante el día para que los narnianos no se preocuparan de más por la desaparición de los Reyes y Reinas, pero por las noches, la Reina se sentaba en balcón y lloraba la pérdida de su esposo y de sus amigos

Una mañana mientras desayunaba comenzaron a atacar el castillo, el ejército narniano no dudo ni un segundo en defender el castillo, Anya rápidamente tomo su espada y comenzó a luchar a lado de los narnianos, la batalla era ardua, bolas de piedra cayendo del cielo sin necesidad de que los grifos las cargaran.

Anya subió hasta lo más alto de Cair Paravel, para ver qué era lo que estaba sucediendo peor fue acorralada por los enemigos

- Ríndase y no saldrá lastimada –

- Nunca – La morena peleaba pues sabía que su deber era proteger Narnia, fue entonces que una de las piedras cayo frente a ella haciéndola caer hacia el mar y todo se volvió negro

Lo siguiente que la chica supo cuando abrió los ojos, fue que se encontraba en su habitación, sobre su cama y con 9 años otra vez...

OoOoO OoOoO

Edmund caminaba al ropero de noche, pues no quería seguir escuchando a sus hermanos decir que Anya pronto saldría, quería verle, pero tenía miedo pues nuevamente tenía 10 años mientras Anya era una mujer en Narnia

- No creo que puedas regresar por ahi, Edmund – Escucho el azabache la voz del profesor Kirke y se giró a verle – Digo porque... Yo ya lo intente -

- Pero Anya... -

- Creo que Narnia no está lista para dejar ir a nuestra morena amiga –

- Volveremos, ¿Verdad? – Pregunto el pecoso pues quería volver al lado de Anya

- Yo pienso que sí... Cuando Narnia les necesite o cuando menos se lo esperen... –


Las Cronicas de Narnia - Los Pevensie y la chica MontclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora