Seto Kaiba y Tu (YuGiOh)

11. Desventura selvática

¿Alguna vez habían escuchado la frase típica "Nunca digas equis frase porque está maldita"?

Bueno, yo sí... y una de esas frases, era "¿Qué cosa mala podría pasar?"

Y Saben que...

¡Si estaba maldita!

¡¿Qué cosa mala podría pasar?!

¡TODO!

Ahora que estoy siendo perseguida por una enorme piedra gigante, referenciando evidentemente a Indiana Jones, que tengo lágrimas en los ojos y una expresión de absoluto pánico, creo que es momento de hacer una pausa, como en las películas, cuando congelan cierta escena donde el protagonista está en apuros y aquella imagen se pone a escalas de grises.

Si creo que es un buen momento para hacer eso, y poder rememorar como demonios acabo de terminar en esta situación.

Todo comenzó cuando iba en el pequeño barco de Dragón Blanco de ojos azules (Vaya sorpresa....) en compañía de Mokuba, quien se veía feliz. En este momento no sé si está feliz porque estoy ahí o por lo que sea que vaya a pasarme...

Inesperadamente, él me pasó un papel doblado que tome al instante.

-Es el mapa –Me dijo mientras sonreía- El mapa de toda la jungla, procura usarlo para guiarte.

Un mapa

¿He mencionado antes que soy pésima para orientarme?

-Jamás he usado un mapa –Solté alarmada viéndolo

-Tranquila, mi hermano dice que incluso Joey Wheeler podría entenderle... si se tomara la molestia de leerlo –Comento divertido

-¿Quién es Joey Wheeler? –Pregunté, recordando que anteriormente ese apellido ya había sido mencionado. Y ya me estaba dando mucha curiosidad

-Hum... digamos que es un amigo no reconocido por parte de mi hermano –Me respondió sonriendo- Pero tranquila, vas a estar bien. Si algo va mal, mi hermano te ayudara –Me aseguro

Pero eso no me hizo sentir nada tranquila. Exactamente... ¿Qué es "las cosas ya no van bien" para Seto Kaiba?

Finalmente el barco llegó a la orilla y evidentemente como Kaiba lo había pedido, Mokuba no bajó de él, eso solo incrementaba mi duda y preocupación acerca de mi seguridad física y mental.

-¿En serio no vas a bajar? –Me atreví a preguntar, más en tono de reclamo que de preocupación

-Lo siento, fue la petición de mi hermano –Se disculpó conmigo, mostrando una pequeña sonrisa- Pero como te dije antes, no tienes nada de qué preocuparte, tanto Seto como yo estaremos vigilando que todo esté en orden.

-Si vigilándome desde cámaras de seguridad y cuando me suceda algo tardaran tiempo en venir a rescatarme y en ese tiempo seguramente ya sería tarde para mi salvación –Pensé, en un estado de completa paranoia, pero agité rápidamente mi cabeza. Debía y recalco: DEBÍA dejar de pensar de esa manera tan caótica.

-El recorrido estándar de la isla es de cuarenta a sesenta minutos, por zonas. –Me explico Mokuba- Pero como tú debes hacerlo completo, tardaras aproximadamente de dos a tres horas, dependiendo de tu velocidad.

-¡¿Qué?! –Exclamé con espanto- ¡¿Tres horas?! –Me alarme al ver como aquel barco, comenzaba a alejarse

-Así es, la isla es muy grande y tiene un sinfín de secretos –Sonrió Mokuba mientras se alejaba de la orilla- ¡Lo único que debes cuidarte son de las posibles trampas, pero todas ellas vienen marcadas en el mapa! –Me explicó, antes de mover suavemente la mano en forma de despedida- ¡Te veré al final del recorrido, en el otro extremo de la isla!