Perra//Narry

Capítulo 8

Excusar cualquier error ortográfico o gramatical.

Otro día, otro maldito día dónde el rulado no se quería despertar de la cama, pero esta vez más, sentía unas horribles ganas de vomitar, todo a su alrededor para él daba vueltas, pensaba que si tán sólo daba un paso fuera de la cama caería, sin contar los horribles escalofríos que sentía en este momento.

Escuchó su puerta ser abierta, era su madre la cuál estaba extrañada porque su hijo no había bajado aún, Annie se le acerco tocando su frente, el pobre chico ardía en fiebre.

-Estas ardiendo en fiebre- Le avisó, Harry no pudo evitar soltar un quejido, era un poco ñoño en estas situaciones- Te traeré una pastilla, no creo que puedas ir a la escuel...

-¡No!- Interrumpió el rulado- Si iré a la escuela- Para Harry faltar a la escuela tiene que estar en una clínica interno, con 500 aparatos encima apunto de morir, el chico no era de faltar y por un mal resfriado o algún maldito virus no haría la excepción.

Su madre suspiró con cansancio, sabía lo terco que era su hijo en este tema, había peleado varias veces con su hijo por lo mismo y siempre terminaba perdiendo, el chico ni porque le pagarán faltaba.

-Esta bién- Murmuró derrotada, mientras buscaba algúna pastilla eficiente en el botiquín de primero auxilios que tenía su hijo guardado en una de sus gabetas, cuándo por fín encontró una, la sacó del recipiente, casí se le olvidaba que tenía que traer água- Buscaré água, ya vuelvo- Avisó sín resivir respuesta. Annie salió de la habitación de su hijo mientras este no tenía plan de abrir los ojos aunque este conciente.

Harry estaba tapado con la corcha de su cama mientras abrazaba su almohada, de vez en cuándo soltaba uno que otro quejido y se removia incómodo en su cama. Annie entró por la puerta después de unos minutos con el vaso de água en mano- A ver...- Se sentó en la orilla de la cama- Vamos, tienes que beberte la pastilla- El rulado por fín abrió sus ojos con pesadez mientras los frotaba con sus manos, suspirando se acomodo en su cama, Annie le entregó la pastilla junto con el vaso de água.

El chico de mirada esmeralda se acomodó en la cama, se tomó la pastilla si ninguna queja, no era muy amigo de los medicamentos, pero las pastillas no tienen ningún sabor a menos que las chupes como una menta, ¿Y quién en su sano jucio haría eso? Él suponía que nadie.

Después de tomarse la pastilla Annie tomo el vaso ya vacío y salió de la habitación, el rulado suspiró con cansancio quintandose la colcha de encima. Aún tenía frio, pero tenía que levantarse, o realmente no era necesario hacerlo, nadie lo estaba obligando a ir a la escuela, pero su terquedad no lo dejaba.

Se colocó de pié, no estaba tan mareado, pero aún las naucias seguían muy presentes. Caminó hacía su baño, sepillo sus dientes con pesadez, entonces entro a la ducha. Cuándo había acabado caminó hacía su closet, tomó lo primero que vió, no estaba de animos como para seleccionar su ropa con atención. Ya listo tomó sus llaves y mochila, salió de su habitación dirigiéndose hacía el primer piso.

-¿No creés que es demasiado tarde?- Preguntó su madre al verlo bajar las escaleras con la esperanza de que Harry se rinda y no valla a la escuela.

El rulado negó mirando la hora, realmente si era tarde, pero no le importaba aunque tenga que aguantar el sermón del profesor de história, y es cuándo abre los ojos como platos.

-¡Hoy hay que entragar el trabajo de historia!- Exclama, rápidamente comianza a caminar a la salida de su casa olvidanse completamente de las molestia por la fiebre que tenía en ese momento.

-¿No vas a desayunar?

-No, no, es tarde- Annie suspiró rendida mientras observaba como su hijo salia de casa.