Manual Para Jugadores Expertos

Capítulo 28 : Nunca estés en desventaja.

POV Adrien.

Decidí dejar mi celular sobre la mesa de la barra en vez de tener que sacarlo cada vez que quería ver la horalo que con mi ansiedad era cada diez segundos.

Volví a presionar el botón y se encendió la pantalla mostrando nuevamente la hora.

Eran las 8 y Marinette aún no llegaba.

Me mordí la mejilla interna.

«Está es nuestra última oportunidad.»

En este cóctel, patrocinado por mi agencia de modelaje, planeaba reunir a Félix y Marinette sin que ambos lo supieran.

Podía verse arriesgado tomando en cuenta todas las posibilidades de que algo pudiese salir mal, pero el tiempo se nos acababa.

Este era el momento y lugar perfecto, sin la vigilancia de padre, para que su relación se resuelva. Después no habría marcha atrás.

– ¿Qué va a pedir? –preguntó amablemente el bartender.

– Aún nada, espero a una amiga. –respondí acomodado en la mesa de la barra.

Y vaya que esperaba que viniera y no huyera al descubrir mi plan, pero ya no podían seguir evitándolo. Ellos debían hablar de una vez sobre sus sentimientos, y yo debía ayudarlos para enmendar mis errores.

Suspiré.

Podía ver en la mirada de Felix la misma miseria que describía Nino en la de Marinette.

No, ninguno se encontraba bien sin el otro.
Pero al contrario, cuando estaban juntos el aire era totalmente diferente. Ambos sonreían, y no obligando a sus labios a estirarse, si no realmente: con los ojos. Su humor era bastante alegre, aunque lo intentaban ocultar con el rostro serio, ellos se hacían feliz.

Félix y Marinette eran iguales, y aún lo son. Primero mejores amigos con sentimientos encontrados, después amantes, pareja, desconocidos y ahora...

Bueno, eso se decidiría esta noche.
Únicamente esperaba que la respuesta no fuera "enemigos". No cómo mi padre y Else...

– ¡Hola! –saludó una voz sobresaltándome y alejándome de mis pensamientos– Disculpa por el retraso, debía terminar unos asuntos pendientes.

Negué con la cabeza y le sonreí.

– No te preocupes Marinette, mejor tarde que nunca.

Marinette asintió con su cabeza devolviéndome la sonrisa con amabilidad y acomodándose a mi lado dejándome entablar una tranquila conversación llena de risas y amistad.

Se sentía bien tener una conversación relajada con Marinette en un lugar donde ella se sentía libre, sin todos buscando escucharnos.

Se sentía de la misma forma en la que hablábamos hace años cuando salíamos junto a Alya y Nino; pero sabía que no era igual.

Su actitud había cambiado, ya no reaccionaba ante las cosas con efusión y tranquilidad, ahora daba la impresión de que cada pequeño paso y palabra eran totalmente calculados.

Marinette cambió.

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