Esta vez no tomamos transporte sino que caminamos bastante antes de que llegáramos a un hotel.
-¿Por qué estamos en un hotel?.- pregunté pero no recibí respuesta.
Bajamos por lo que parecía ser un almacén o algo por el estilo y nos topamos con un hombre que custodiaba una puerta, una especie de sonido se oía del otro lado de ésta.
El hombre de la puerta extendió su mano y Phichit le entregó dinero pronunciando algo sobre una botella. El sujeto abrió la puerta y al cruzarla fue como si entráramos a otro mundo lleno de ruido.
Era un club nocturno, de eso no cabía duda.
Bangkok es conocida por sus famosos clubes y su vida nocturna; tiene hasta su buena y mala fama.
Pero ¿que hacíamos aquí?, bueno, Phichit debe conocer este lugar escondido por sus propios medios pero ¿por qué me trajo? Es decir, cualquiera se daría cuenta que esto no es mi estilo.
-¡Este lugar se llama Scratch Dog!- decía el tailandés por sobre todo el ruido.- ¡es de mis lugares preferidos!
Solo asentí como respuesta, no había oído mencionar este lugar ni si quiera en los folletos de viaje. Debe ser por alguna razón.
El lugar obviamente oscuro siendo iluminado por luces neón que cambiaban al ritmo de la fuerte música tenía a jóvenes y adultos bailando por todas partes; habían tanto tailandés como japoneses y para mi sorpresa también coreanos. Todos dialogaban entre sí; unos parecían buscar conquistas sin mucho éxito y otros que se "sacaban la lotería". Es un lugar muy diferente a los que siempre estuve acostumbrado. Me gusta.
-¡Quiero bailar!.- dijo Phichit alejándose de mí y acercándose a la multitud del centro que bailaba con energía.
Me mantuve rezagado viendo a mi alrededor, adaptándome a este nuevo ambiente. Lo que veían mis ojos me sorprendía bastante; había gente normal solo bebiendo y estaban otras personas en esquinas besándose y tocándose de formas... diferentes, lo más sorprendente es que esas personas eran del mismo sexo. Pero que más da, sin duda aquí no hay reglas.
Cuando volví a dirigir mi vista a donde Phichit bailaba me lleve una sorpresa al ver que estaba bailando con otro sujeto, un hombre, estaban muy pegados y el sujeto tocaba al tailandés de formas que por alguna razón me hacía hervir la sangre. ¿Por qué Phichit no decía nada y se dejaba tocar?
Me acerqué a ellos pero no parecían notar mi presencia, sin que el sujeto se diera cuenta me coloqué entre él y Chulanont para apartarlo de un empujón, el sujeto no pareció dar objeción y se fue, Phichit seguía bailando dándome la espalda. No se daba cuenta de lo que pasaba.
Lo pensé por unos segundos pero al final decidí actuar. Me pose detrás del chico mientras bailaba, entrelace mi mano izquierda con la suya y con la derecha lo tome por la cintura. Él se movía al ritmo de la música, sus caderas de forma rítmica se frotaban contras mi pelvis.
La sensación de su cuerpo junto al mío me provocaba un cierto placer, cada movimiento y roce me hacían querer más.
Comencé a moverme junto con el, bailábamos pegados uno con otro, su aroma me impregnaba la nariz y un fuerte deseo insano gobernó mi mente.
Mis pensamientos empezaron a divagar imaginándose a este chico, bailando en una pista solo, con esos movimientos que seducían hasta al hombre de la moral más fuerte.
Imaginarlo frente a mi, desnudo, tendido sobre mi cama, tan susceptible como ahora, tan apasionante y tierno. Tan abierto hacia mí como yo hacía él.
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Nuestra Historia Juntos (SeungxPhichit)
FanficSeung-Gil Lee, a sus 20 años, y siendo uno de los mayormente reconocidos autores de novelas de suspenso, se encuentra en un momento crítico en su carrera como escritor al no poder lograr que sus nuevas novelas sean publicadas. Dispuesto a cambiar...