Capítulo V - Madmoiselle Marie

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La pregunta de Camille, dejo perplejo a Jean, ¿Acaso Camile le estaba proponiendo convertirse en una chica, una mujer? Pero qué idea tan descabellada le parecía aquel plan, que Camille había empezado a relatar.

- Laurie y yo pensamos, que lo mejor era disfrazarte y hacerte pasar como una dama, recién llegada a París, puedes hacerte pasar como un familiar de Laurie, de esa manera mi hermano no sospechará de ti, hazlo por la amistad que nos une Jean, además así dejarás la vida precaria que actualmente llevas. Dijiste que no tenías a nadie por quien ver, estás solo en el mundo, y yo estoy sola en este lugar, en ese caso hagámonos compañía juntos.

Estas palabras marcaron a Jean y el pedido tan sincero de Camille por más extraño que resultase, no dejaba de tener un poco de razón y dejando de lado la lógica y su sentido común, Jean acepto tamaño pedido.

Ahora el gran reto había dado comienzo, transformar a un muchacho harapiento y escuálido en una hermosa jovencita, Laurie y Camille, sabían que no sería nada fácil pero no se darían por vencidas, además el tiempo jugaba en su contra. Marcel, se había ausentado por un mes, y para su regreso, solo faltaban tres semanas, el tiempo corría y no debían perderlo.

Lo primero que hicieron fue cambiarle el aspecto tan sencillo que Jean traía, lo primero fue enviarlo a tomar un baño, pero esta vez como lo hacía la gente de la nobleza. En una tina de con agua limpia, y esencias aromáticas, aquella era una experiencia sublime, para alguien que nunca había conocido tales lujos, sentía que no lo merecía, pero ya era tarde para retractarse. Recostarse en aquella tina, sumergirse y sentir el agua cálida en todo su cuerpo era simplemente tranquilizante, nunca pensó verse en tamaña situación, ni en sus más atrevidos sueños pensaría tomar una ducha como lo haría la gente noble, y ahora él lo estaba haciendo, se preguntaba que reacción tendría Frederick si lo supiera, cuando recordó a su amigo sonrió, pero luego la nostalgia lo embargo, cuando supo que no lo podría ver por un largo tiempo.

Cuando termino de darse el baño, y se envolvió con una suave toalla, busco su ropa, pero no había nada que pudiera ponerse, fue entonces que Laurie toco la puerta y pidiendo permiso para entrar, dijo:

- Jean, aquí traigo tus ropas, avísame cuando pueda entrar.

Al oír estas palabras, Jean se sintió muy incómodo por recibir a Laurie, casi desnudo, pero no tenía más opción que hacerla pasar, entonces respondió:

- Está bien, puedes dejarlas, yo saldré pronto.

- Pero, creo que por ser la primera vez debería ayudarte...- añadió Laurie, pero Jean se negó a que lo vistieran, entonces sin poder hacer más para convencerlo, Laurie dejo la ropa sobre la cama, y se marchó.

Cuando Jean salió del baño, y se dirigió a su habitación, grande fue su sorpresa al ver que un hermoso vestido color celeste, se encontraba en su cama, era muy bonito, tenía encajes, y bordados de flores, era sencillo en su forma, pero muy bien elaborado, lo tomo y levantándolo, se preguntó para sí mismo, si aquel vestido quedaría bien en él, tal vez se vería como un espantapájaros y Marcel podría darse cuenta en seguida que se trataba de un chico, sumiéndolo en un gran nerviosismo, más aun cuando recordaba esa mirada llena de odio por parte de aquel muchacho tan altivo.

Jean dejó el vestido a un lado de la cama, y empezó a ver los demás accesorios, entre ellos, un extraño armatoste, muy duro, rodeado de cintas, pensó para sí mismo que diablos era eso, no creía que sería parte de la indumentaria, pesaba mucho, y parecía doloroso, entonces se dijo: - Las mujeres sí que la tienen muy difícil...

Los minutos pasaron, y Jean no salía de su habitación, Laurie estaba preocupada por el jovencito, pensó que no debió hacerle caso, entonces volvió a la recamará de Jean, y tocó la puerta, preguntando si todo se encontraba bien, pero Jean no respondía, esperó unos segundos, y sin esperar el permiso necesario, abrió la puerta, grande fue su sorpresa, al verlo atascado en el vestido, su cabeza había quedado atrapada, y no podía quitárselo, Laurie corrió rápidamente, y lo ayudo a sacárselo, Jean estaba colorado, por la fuerza que había hecho para quitárselo, estaba casi asfixiándose, Laurie sonrió y dijo: - Permíteme ayudarte...- un sonrojado y muy avergonzado Jean asintió.

Le Petit Lys - Double AmourDonde viven las historias. Descúbrelo ahora