Le Petit Lys - Double Amour

Capitulo IX : Conquistando un Corazón

Una semana transcurrió después de aquel agitado baile, para Camille había sido maravilloso, pues toda la noche bailo junto a Russell, siendo una velada encantadora, que transcurrió sin problema alguno, pero desde que llegaron de aquel recinto, noto que Jean y Marcel no eran los mismos, se notaba cierta tensión en el aire, a duras penas se dirigían las palabras necesarias, y aunque Marcel siempre miraba a Marie con insistencia, sin perder oportunidad alguna, no solía decirle nada relevante, manteniendo entre ambos una distancia marcada.

Después de transcurrida la semana, Marcel anuncio que realizaría al día siguiente un largo viaje a Dinamarca, donde la familia Poitiers, tenía negocios, Camille y Jean fueron tomados por sorpresa ante esta repentina decisión, pero el más sorprendido era Jean, quien quedó muy callado, después de conocer tan triste noticia, ya no sería capaz de ver a Marcel por mucho tiempo, y esto hacia que se sienta culpable, pensando que él había sido el causante de tamaña decisión, lamentaba mucho que Marcel, dejará su hogar y a Camille, por lo sucedido días atrás.

Jean quería hablar con Marcel y pedirle que no dejará a Camille, que no se marchará, pero pensaba también que si hacía aquello, tendría que decirle la verdad, que él era un chico, pero tampoco quería abandonar a Camille y Marcel, quien en poco tiempo se habían convertido en la familia que el destino le negó tener.

Cuando Jean se armó con todo el valor que poseía y dejando su orgullo de lado, se dirigió a ver a Marcel para pedirle que no se vaya de viaje. Pero en el preciso momento que se dirigía a verlo, oyó un carruaje en la lejanía, las grandes rejas de la mansión se abrían, entendió que una visita había llegado.

Un sirviente anuncio la llegada del visitante, aquella persona entró en la mansión y se dirigió al gran salón, Jean se preguntaba quien habría llegado de improviso, y fue a ver de quien se trataba, pero grande fue su sorpresa al encontrarse con el mismo muchacho amable que conoció en la fiesta, se trataba de Lawrence Lassarre, amigo de Marcel. Este reconoció a Marie, sonrió y fue a su alcance, tomo su mano con mucha gentileza, y cortésmente la beso, este acto sorprendió mucho a Jean quien no estaba acostumbrado a un trato tan formal, quitando rápidamente su mano, pero al notar que había cometido un desaire, se sonrojo y pidió disculpas.

Lawrence por el contrario de sentirse ofendido, sonrió amablemente y dijo venir a visitar a su amigo Marcel, pero también a ver a Marie, a quien no había podido olvidar, quedando deslumbrada por su belleza y carisma. Estas palabras sorprendieron a Jean quien no se imaginó que Lawrence vendría tan solo a visitarlo.

En ese instante Marcel llego al salón donde se encontraban platicando y los miro a ambos quienes se encontraban muy juntos el uno del otro, mostrando en su rostro el desagrado y molestia, miro a Jean quien al notarlo pidió permiso para retirarse y así lo hizo, dejando solos a Marcel y Lawrence.

Aunque ambos jóvenes no se habían visto por más de un año, su reunión no fue muy amigable al principio. Marcel no podía quitarse la imagen de Marie junto a Lawrence, y este último recordaba como Marcel veía a Marie.

Mientras la tensión crecía, Lawrence quien conocía bien a su amigo, le pidió entrenar esgrima como en los viejos tiempos, Marcel no tenía ganas de practicar, pero pensó que sería una buena idea para desestresarse, y ambos salieron al jardín, espadas en mano y comenzaron su práctica. La destreza de ambos era admirable, manejaban la espada con gran precisión, ninguno cometía un error, desde niños habían sido buenos espadachines y aquella práctica lo demostraba, sus habilidades eran iguales, no se podía decir quién era mejor, era un deleite a la vista verlos luchar con tanta determinación. Entonces Lawrence dijo, mientras trataba de vencer a Marcel:

- Marie es realmente hermosa... ¿es una empleada tuya? Nunca la había visto por aquí.- finalizo.

Marcel respondió: