I

525 76 27
                                    

Capítulo 1: ¡Me robó!







Al entrar a la cafetería, un delicioso aroma a café mezclado con chocolate alcanzó sus fozas nasales, trayendo a su mente recuerdos melancólicos que le hacían sonreír. A veces disfrutaba de ese lugar, con su estilo rústico, pero no era la razón exacta por la que él lo habituaba con frecuencia. Choi Seung Hyun avanzó hasta la mesa que diariamente ocupaba, junto a la enorme ventana que daba a la ancha avenida. Cruzando aquella avenida, había un edificio, y dentro de ese edificio, vivía la persona, a quien con tanto anhelo, deseaba ver.

—Buenas tardes, Seung Hyun, ¿Deseas lo de siempre? — Se acercó la camarera al verlo llegar.

—Buenas tardes Bom, quiero mi café.

Hacía ya más de un año frecuentaba esa cafetería con las mismas intenciones, por lo que existía algo de confianza entre ellos. La joven sonrió volviendo al mostrador. Él se acomodó en su lugar, quitándose la chaqueta.

Minutos después, Seung Hyun guió su mirada al edificio. Observaba la acera. La avenida. Vió el taxi que frenó, 5:30 pm. Horario en que Kang Dae Sung llegaba al edificio donde vive. Siempre tan puntual. Traía una chaqueta marrón, seguramente nueva, porque era la primera vez que la usaba. Pagaba el viaje, y mientras buscaba las llaves en su bolso, miraba para todos lados que no venga algún oportunista a querer robarle, siempre tan atento y observador. Segundos después se perdió dentro de la puerta de entrada, y seguramente no saldría hasta dentro de alguna hora y treinta minutos, lo que tarda en relajarse, darse una ducha, y manotear algún bocado de la nevera. Siempre tan predecible.

—Algún día debe dejar de hacer esto.— Dijo la mesera al volver, interrumpiendo su mal hábito de espiar al hombre del edificio. Apoyó sobre la mesa una taza de café con tres gotas de leche, como Seung Hyun siempre lo pedía.

—¿No tienes clientes qué atender?— Respondió, queriendo persuadir a la muchacha.

—Ya ves que no, no hay nadie. Eres el único.— Ambos dieron una mirada rápida, y era cierto, solo estaban ellos dos. Seung Hyun estaba tan atento a los movimientos de Dar Sung, que olvidaba su contexto. —El dueño vendió. En una semana me quedaré sin empleo y tu ya no podrás venir.

Seung Hyun suspiró. Hacía ya mas de un año que descubrió aquella cafetería, donde todas las tardes se acomodaba a beber café, contar sus penas a la señorita Park Bom y observar la vida de su ex pareja. Lo veía cada día más feliz, más vital, mientras que Seung Hyun perdía cada segundo de su vida y se hundía en su depresión pos-separación. Pero aún lo amaba, sentía que si lo dejaba ir completamente moriría en el intento. Así de idiota era. No podía resignarse. Mucho menos perder la poca esperanza que le quedaba, aunque el único perjudicado era él mismo.

—¿Y si consigo que vengan más clientes?

—Ya es tarde, ya está hecho.— La joven le sonrió amable. —Pero te ayudará a olvidarlo, hacer esto te hace más daño.

Ambos observaron al edificio frente al local, Dae Sung salía nuevamente vestido de entrecasa, a recibir a su prometido. ¿Por qué tenía que besarlo en la puerta? Nunca hacía eso con Seung Hyun, ellos siempre mantuvieron su relación en secreto, pero con su nuevo novio era diferente, caminaban de la mano por la calle, y se besaban en la acera.

—Maldición.— Murmuró Seung Hyun.

Tal vez Bom tenia razón, hacer esto solo le hacía mas daño. Ver esa escena diariamente no lo dejaba dormir por las noches, y terminaba rindiendo mal en el trabajo, y en su vida personal.

—Deberías hacer lo mismo, eres joven y guapo.— La chica suspiró con la mirada pérdida en la avenida.

—¿Me estás pidiendo un cita?

Corazón En Reparación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora