– Almorzaremos, pero yo te ayudare a cocinar ¿Vale? – Se cruza de brazos con una sonrisa.
– Vale – sonrío aún con los ojos cristalizados.
– Ven aquí – Michael acuna mi ostro entre sus manos para luego secar mis lagrimas con sus pulgares.
– Ya, vamos a la cocina – tomo su mano entre la mía y nos dirigimos a la cocina.
Ya en esta saco todo lo que necesitamos para hacer el almuerzo. Michael comienza a cortar las verduras mientras yo hago la carne. Así pasamos unas horas hasta que ya la comida estaba lista.
– ¡Ya está todo listo! – Digo emocionada y Michael sonríe. – Solo falta preparar el postre, ¿Qué te parece un pastel de chocolate? – Lo miro esperando una respuesta.
– Me parece bien... con gusto te ayudo hermosa – Saca los ingredientes para poder preparar el pastel.
Mientras preparábamos el pastel Michael tuvo la gran idea de lanzarme harina así que yo le devolví su brillante ataque haciendo de la cocina un campo de guerra entre harina, huevo, chocolate y todos los otros ingredientes. Al terminar de preparar la mezcla del pastel lo pusimos en el horno.
– ¡Santo Dios!, pero ¿¡Qué sucedió aquí!? – Dice mi nana entrando a la cocina con cara de espanto y asustándonos en el acto.
– Hola nana – Me rio. – Pensé que llegarías más tarde de tu viaje – Digo recordando la ultima vez que hable con ella.
Flashback
– ¿Hola nana, llegaras hoy? – Le cuestiono al momento en que responde, ya han pasado casi dos semanas desde que se fue.
– No mi niña, viajare dentro de dos días. El viaje es en la tarde así que llegare un poco tarde a la casa – Responde con cariño. – ¿Esta todo bien? – Cuestiona y no puedo evitar soltar una risa nerviosa. – ¿Emily? –
– Sí, todo está bien nana... solo es... que pues... traje a un chico a vivir a la casa – Confieso sin más, mi nana se queda en silencio.
– ¿Cómo es que has llevado a un chico a vivir a la casa? – Cuestiona y en su tono se nota la sorpresa y el asombro ante mi pasada confesión.
– Pues... solo quiero ayudarlo nana. Ya ha pasado por mucho teniendo en cuenta todo lo que me ha contado. Todos merecemos una segunda oportunidad, ¿No crees? –
– Claro que si mi niña, todos merecemos llegar a la superficie después de haber nadado tanto. Aunque sea con un poco de ayuda. – Sonrío al escuchar sus palabras – ¿Y que tal han ido estos días? ¿Aun te sientes sola en casa? –
– Por momentos, pero no lo sé nana desde la llegada de Michael... este lugar se ha llenado con su presencia la casa ya no se siente tan vacía. En los pocos días que ha estado aquí ha llenado cada rincón de su olor, de su risa, de su esencia. – Suspiro sintiendo esa sensación ya tan familiar desde que lo conocí.
– Claro que no nana, sabes lo que pienso de mí y de la nula relación que quiero tener con eso a lo que muchos llaman amor – Digo enojada – Sabes no quiero discutir, te hablo luego. – Le cuelgo sin más soltando un suspiro de resignación.
Fin del flashback
Buenas noches, señora – Michael mira a mi nana con cierto nerviosismo.
– Buenas noches joven, ¿Qué ha sucedido aquí Emily? – Cuestiona, pero de mi boca lo único que salen son carcajadas por la cara que ha puesto Michael no se si está nervioso o avergonzado o una quizás una combinación de ambas.
– Nada importante nana sólo fue una guerra de harina, huevo y chocolate entre otras cosas, no es cierto Michael – Digo y estalló en carcajadas y él también lo hace.
– Hacia tanto que no reías, ya extrañaba escucharte reir – Nana posa su mirada en mí para luego mirar a Michael con una sonrisa – Tú y yo tenemos que hablar – Dice dirigiéndose a Michael mientras niega con la cabeza. Nana nos da una última mirada antes de perderse por el umbral de la cocina.
– Nos va a matar – Digo observando por donde se acaba de ir mi nana.
– Te ves mucho más hermosa cuando sonríes –
– Si tú lo dices... vamos a limpiar este desastre – Digo comenzando a limpiar los gabinetes.
Al terminar de limpiar y ordenar la cocina, solo falta una cosa, darnos un buen baño. Me encaminó hacia mi habitación y Michael me detiene antes de subir las escaleras.
– ¿Te veo para cenar? – Dice sujetando mi mano, yo frunzo el ceño en señal de confusión. Él al ver mi gesto aclara.
– Ya son las seis de la tarde, nos tomó más tiempo limpiar del que esperábamos – – Ah... claro pero primero iré a darme un buen baño. Tú deberías hacer lo mismo – Lo miro detenidamente y la verdad es que no cabe más la harina y el chocolate en su ropa.
– Claro iré a ducharme yo también – Dice subiendo las escleras conmigo.
Una hora después bajo al comedor en donde mi nana me espera junto a Michael, ambos me miran y eso en realidad me preocupa. Que le habrá dicho mi nana a Michael espero que no le haya contado nada sobre... no, no quiero recordarlo no ahora.
– Hola – Digo y mi nana separa de la mesa y nos sirve la comida que habíamos preparado.
Todos comimos en completo silencio y luego cada uno se fue a su habitación. Ya acostada en mi cama me permito pensar en Michael ni siquiera pronuncio una sola palabra en toda la cena y eso me preocupa no es propio de él ser callado. Dios y si mi nana le dijo algo... ya ha pasado tiempo, pero... No él no puede enterarse. Nunca debe saber lo que hice.
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¿Quién amaría a alguien como yo?
RomanceDía tras día tenía que luchar contra mi baja autoestima, cada día tenía que mirarme al espejo y decirme a mí misma que me amaba tal y como era, pero muy en mi interior sabía que no era así. Yo odiaba cada parte de mi cuerpo, ya que no cumplía con lo...