Al terminar la fiesta nos despedimos de cada uno de los invitados con una sonrisa. La boda, la fiesta todo había sido perfecto. Miro a Michael con una sonrisa boba, aún no podía creer que el Dios griego que tenía frente fuera mi esposo.
– Disfrutando de la vista – Michael enarca una ceja y se acerca a mí con una sonrisa.
– Siempre...– Muerdo mi labio por Dios sentía miles de mariposas revolotear por mi estómago. – Debemos cambiarnos – sonrío y el asiente.
– Ve primero iré a ayudar a Alice – Dice señalando a mi Nana la cual está cargando unos floreros.
– Claro – Beso sus labios antes de encaminarme al interior de la casa.
Al llegar a mi habitación dejo los tacones a un lado de la cama y me recuesto sobre esta rememorando todo lo acontecido.
– ¿Suspirando por amor? – Mi hermana me saca de mis pensamientos y yo sonrío como una boba.
– ¿Se puede ser más feliz? – Pregunto sentándome.
– No lo sé – Ríe. – Vamos te ayudaré a cambiarte – Dice.
Ya cambiada solo me falta terminar de acomodar algunas cosas de la maleta. Cuando me percato de lo que acaba de echar mi hermana en esta. Es que acaso está loca.
– Angelica – La miro seria. – Te dije que no me la llevaría – Digo refiriéndome al conjunto de lencería que habíamos comprado hace días y ella había echado en mi maleta.
– Claro que sí – Refuta convencida.
– Claro que no me la llevaré – Digo sacándola de la maleta.
–Basta de tantos complejos ya... eres hermosa tal y como estas. La llevaras y la usaras – Dice volviendo a meter la lencería dentro de la maleta.
– Esta bien... – Digo con una sonrisa, pero la verdad es que no se si me atreva a usarla.
De solo pensar en Michael viéndome en esa lencería tan atrevida me da vergüenza por Dios. Horas después ya estábamos volando hacia París donde sería nuestra luna de miel. El vuelto tardaría varias horas más en aterrizar.
– Amor – Michael acaricia mi rostro. Yo lo miro aun adormilada. – Llegamos – Dice y ambos sonreímos.
Al llegar al hotel Michael le deja nuestras maletas al mozo y este se las lleva. Al llegar a la habitación Michael me carga en brazos para entrar y yo rio a carcajadas. Ya dentro de esta me deja sobre el suelo y me besa apasionadamente. Jadeo al sentir como muerde mi labio inferior para volver a besarlo suspiro.
– Michael... – Digo y él se separa un poco de mí su respiración es irregular al igual que la mía. Busco su mirada y como si leyera mis pensamientos me mira.
– No hay prisa – Dice besa mi frente y entra a la habitación.
Estando sola en el baño miro la lencería que mi hermana me compro y me debato entre sí ponérmela o no. Ya que... me la pongo, pero por encima de esta me pongo mi pijama de cupcakes. Al terminar de vestirme entro a la habitación y no veo a Michael por ningún lado.
– Me buscabas – Me abraza desde la espalda.
– Sí... para dormir – Digo nerviosa.
– Creo que eso lo haremos más tarde – Dice y me hace girar para quedar cara a cara con él. Me besa de una forma desesperada y muy apasionada.
– Michael... estoy nerviosa –
– Lo sé, estas temblando – Dice y vuelve a atacar mis labios. Quita mi camisa y sonríe al ver que llevo por debajo de esta la lencería que mi hermana me compro.
Sus besos descendieron por mi cuerpo trazando un camino que nadie, solo él podría recorrer. Con cada caricia suya mis nervios se desvanecían siendo remplazados por sensaciones inéditas. En cada beso Michael lograba desnudar un poco más mi alma y así entre besos y caricias me llevo a la cúspide de lo que realmente significaba amar. Amar de verdad... cuando desnudas el alma y entregas todo sin más.

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¿Quién amaría a alguien como yo?
RomanceDía tras día tenía que luchar contra mi baja autoestima, cada día tenía que mirarme al espejo y decirme a mí misma que me amaba tal y como era, pero muy en mi interior sabía que no era así. Yo odiaba cada parte de mi cuerpo, ya que no cumplía con lo...