Capítulo 7.

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Cuando me desperté, no sabía si tenía un tiranosaurio Rex que había salido de gira la noche anterior al lado mío o a Pedro. Reí bajito para que no se despierte y me levanté, me puse una remera de él (que me quedaba de vestido) y me puse a hacerle el desayuno. No tenía mucho en su heladera pero me las ingenié para que al menos hubiese... algo. Mate y tostadas con mermelada.

-Buenos días... -sentí que alguien me abrazaba de atrás y dejaba un beso en mi hombro mientras terminaba de armar todo.
- De saber que roncabas así no me quedaba a dormir... - deje un beso en su nariz y le ofrecí un mate.

Charlábamos de cualquier cosa, riéndonos hasta que en un momento el se puso serio y se notaba a leguas que estaba nervioso.

- Ey... ¿que pasa Pedro? - mi cara dejaba ver la preocupación que me había generado sus gestos.
- Creo que si queremos seguir esto, tengo que ser %100 sincero con vos.
- Si... obvio. ¿Es un reclamo?
- No. Una confesión.
- Ay dale Pedro, termina con el misterio y decime.
- ¿Viste que yo te dije que me mude acá hace poquito, no? Bueno... yo... - no me miraba siquiera. Me asustaba. - Yo... estoy de novio.
- ¿Qué? - no me di cuenta, pero mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas. Era obvio que no podía ser perfecto. No existe.
- Si... en realidad quise dejarla, pero es una enferma. No me deja en paz.
- Ah. Porque es re difícil dejar de darle cabida a alguien.
- Hace 3 años que estoy con ella. No es tan fácil.
- Pará. ¿tres años? eso significa que cuando estuviste conmigo estabas de novio.
- Si...

Yo no podía creer lo que estaba escuchando. Me sentía la boluda del año, del siglo. Era obvio que algo así me iba a pasar. Una vez que encontraba un flaco con quien lo pasaba bien, y sentía que podíamos ser algo serio, terminó siendo un tremendo tarado.

- Me quiero ir.
- Paula... por favor...
- Me quiero ir, Pedro. No quiero verte.
- No puedo obligarte a quedarte.

Fui a cambiarme rápido al cuarto y me fui. No quería verlo ni que me viera llorar. Salí casi corriendo buscando un taxi y en el camino le escribí a Sofía. "Por favor, anda a casa ahora."

Llegue y me puse a llorar. Sí, recién lo conocía, pero me había hecho sentir viva después de tanto dolor. Y esa anestesia que me servía para calmar el dolor, ahora me causaba más dolor.

Cuando llegó Sofía, lo único que pude hacer es llorar. Llorar no solo lo de Pedro, sino la muerte de mamá que no había podido superar, la ida de Papá con mi hermana Delfina para que ella pueda superar también lo de la madre. Lloré hasta que me cansé.

Luego de unas horas de hablar con Sofía, ella se fue. Me quedé sola mirando Gossip Girl para despejarme un poco cuando vi un mensaje que había llegado. Era Pedro. No lo quería leer pero me comía la curiosidad.

+ Por favor, Paula. Hablemos. Ayúdame. Quiero hacer las cosas bien con vos.
+ ¿Que te ayude? ¿Que puedo hacer si soy yo la que la está pasando mal?
+ Quiero dejarla a Julieta. Desde Halloween no puedo pensar en otra persona que no seas vos. Ayúdame. No quiero perderte.
+ Yo no puedo vivir con miedo, Pedro. Lo único en mi vida que estaba bien eras vos y perdiste mi confianza.
+ No me dejes solo. Salgamos juntos de esta.
+ Está bien. Pero nunca en tu vida me vuelvas a mentir.

No se que estaba haciendo, pero lo necesitaba para sentirme completa. Cursi, sí, pero me dolía el alma estar sin él. No podía soportar una pérdida más.

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Perdón que haya tardado! Escríbanme a Twitter (fearlesspyp) o por acá si quieren que siga subiendo. Gracias por leer!

Miedo a perderte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora