Capítulo 8.

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Pasó una semana desde que ese domingo que me había roto la cabeza (y el corazón). Habíamos estado hablando por whatsapp con Pedro, me había explicado más o menos como era la situación... que ella en realidad estaba muy débil porque su mamá había enfermado en la época de Halloween (cuando nos conocimos) y por más que a Pedro no le gustaba como para seguir con ella, la quería. No era tan frío como para dejarla sola. Sin embargo, luego que la mamá se puso mejor ya no supo cómo actuar.

Era viernes y habíamos quedado de que Pedro venía a cenar a mi casa para hablar y ver que íbamos a hacer. Él quería ir a su ciudad, Las Cañitas, pero conmigo. Quería que ambos habláramos con Julieta. Igual pienso que es una locura.

Después de clase, vine a casa a bañarme y arreglar un poco la casa. La cocina no se me daba mucho por lo que íbamos a pedir pizza y no complicarnos. Sinceramente no queríamos una cena romántica (o al menos yo), solo queríamos aclarar esto. Porque si bien todo era una mierda, y si estuviese un poco cuerda me alejaría de la situación, él era como un imán. No podía alejarlo de mi vida sin que me sintiera vacía.

21:30 hrs. Pedro llegaría en cualquier momento. Me termine de arreglar - un short de jean y una remera un poco suelta con converse era el outfit perfecto para la situación - y fui al living a esperar cuando sonó el timbre. Miré el reloj: 21:32. Este pibe no podía ser más puntual, eh.

- Hola, Pau. - me dio un beso en mi mejilla y me corrí para que pasara.
- Hola Pepe. Pasá.

Nos sentamos y lo primero que hicimos fue entrar a PedidosYa y pedir lo íbamos a comer. Gordos siempre.

- Paula... necesito ayuda en serio.
- Yo estoy dispuesta a ayudarte, si vos me das alguna seguridad. Sinceramente me dolió muchísima esta situación. - baje mi mirada apenas y el tomó mi mano, acariciándola con mucha suavidad. - Pero si vos te la jugás, yo me la juego. - Sus ojos buscaron los míos y me dedicó una pequeña sonrisa.
- Yo no quiero estar con nadie que no seas vos. Por algo estoy acá. Desde octubre del año pasado que una pirata linda me robó el sueño. - puso un dedo en mi mentón y me dejó un beso en la mejilla. Me podía enserio este flaco, eh.
- Bueno. ¿Y cómo querés hacer eso?
- Quiero que vayas conmigo. Que me acompañes cuando le diga todo.
- Ay... Pepe. No da, ¿no te parece? Decirle a una mina que cree que está de novia contigo aún "Hola. Mirá que me puse de novio en Capital. Suerte."
- Tal vez no tan así... pero necesito que ella se de cuenta de que yo no quiero volver. Que no me gusta más, que lo que pasó con nosotros es cosa del pasado.
- Sos determinado con lo que querés, eh. Bueno. Tengo un montón de miedo igual...
- No tengas miedo, bombón. Yo juro que todo va a salir bien. O por lo menos voy a dar todo de mi para que eso suceda, ¿si?

Solo me limité a sonreír y acercarme a él. El creyó que lo iba a besar, pero solo lo abracé. Y en ese abrazo todo ese miedo que me causaba la situación se iba desvaneciendo. Me tomo de la cintura de tal manera que todo lo que pude sentir en mi interior fue seguridad. Y amor. Sí, ya se... es muy temprano para hablar de amor. Pero lo que nos pasaba era algo que nunca había sentido antes, así que si esto no es amor, no sé que es.

Cenamos la pizza que llegó un rato después y hablamos como si todo eso no hubiese pasado. Nos reímos a carcajadas hasta que nos dolió la panza, jugamos al truco (aunque haya perdido) y tomamos fernet hasta que se hizo de madrugada.

- Pedro, estás borracho.
- Eeeel qué? Naaaahhh. - arrastraba las vocales y yo solo podía reír. Tal vez yo también estaba un poco borracha.
- ¿Viniste en auto?
- Si...
- Bueno. Solo porque me gustas y sos gracioso todo borracho, te podés quedar a dormir acá. Eso sí... me vas a tener que abrazar toda la noche. Soy bastante mimosa bajo los efectos del alcohol.

Lo tomé de la mano y lo llevé al cuarto, se estaba durmiendo de la borrachera, sin embargo no dejaba de abrazarme y darme besos. Lo dejé en la cama (despierto) y yo fui al baño a ponerme el pijama, pero cuando llegué, el ya estaba dormido. Les juro que cuando no roncaba, daba mucha paz dormido. Solamente me limité a acostarme con mucho cuidado y lo abracé.

- Buenas noches, Pepe. Ojalá salga todo bien.

Miedo a perderte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora