2- Cuando sé que estás dormida

30- Cinco héroes para acabar bien el año.

Pero ese golpe nunca llegó. Oí el chirriar de los frenos, un golpe seco, y una voz que reconocí sin necesidad de abrir los ojos.

-Dani: ¡TÚ ESTÁS LOCA! ¡PODÍA HABERTE MATADO PAULA, JODER!
-Carlos: Dani tío para... ¿Paula? -estaba temblando, y seguía sin poder abrir los ojos. Noté que alguien me tocaba, y empecé a temblar más- shh tranquila soy yo, ¿Qué te ha pasado?
-Dani: David llama a Álvaro y a Blas, diles que la hemos encontrado.

Carlos me abrazó y me llevó hasta un sitio caliente... El coche. Me abracé a él, que se sentó conmigo en los asientos de atrás, me puso su abrigo encima y empezó a acariciarme el pelo, mientras notaba que el coche se ponía en marcha.

-David: ¿Han sido esos tíos que se han alejado? ¿Le han hecho algo?
-Dani: no lo sé, pero si no hubieran salido corriendo los reventaba.
-Carlos: Paula... Tranquila estás con nosotros, ¿Te han hecho algo? -intentó buscar mi cara, pero yo seguía escondida en su pecho... no podía hablar, estaba totalmente bloqueada, no conseguía hacer reaccionar a mi cuerpo.

El coche se paró al rato, aparcado después de alguna maniobra. Dani y David salieron primero, y los oí hablar, y Carlos me ayudó a bajar, sin despegarse de mi. Le oí nada más poner un pie en la fría noche, y entonces reaccioné. Levanté la vista y le vi, blanco, asustado, y preocupado, mirándome sin moverse de donde estaba. En realidad todos estaban así, mirándome impacientes. Lo necesitaba, así que me separé de Carlos y corrí a sus brazos, y rompí a llorar, sin consuelo, y sin poder parar. Me abrazó, e intento consolarme durante un buen rato. Oía a los demás hablar, pero sólo escuchaba las palabras de Álvaro en mi oído.

-Álvaro: tranquila cariño, ya está tranquila -me alejó un poco de él y me cogió la cara entre sus manos, haciendo que le mirará a los ojos- ¿Te han hecho algo? ¿Te han tocado?
-No del todo, le di una patada antes de que llegara a más y no se cómo conseguí salir corriendo -me salían las palabras a trozos, y había cosas que ni yo me entendía, casi estaba híper ventilando y me palpitaba la cabeza.
-Álvaro: esa es mi niña, bien hecho, ya ha pasado, estás conmigo, con nosotros, estás a salvo, respira... mírame -había bajado la cabeza sin darme cuenta, volví a levantar la vista, y sus ojos... El saber que era él de verdad, me sirvió para calmarme, y volví a respirar con normalidad.
-¿Me estabais buscando? -aun seguía llorando, pero estaba ya mejor.
-Blas: llevábamos media hora llamándote, y Álvaro subió a tu casa por si te habías dormido y solo estaba el perro.
-Carlos: llamamos a David y nos dijo que te habías ido hacía una hora.
-Dani: casi nos da algo, y cuando cruzaste en mitad de la calle no sé ni como pude frenar.
-Álvaro: benditos reflejos Dani -volvió a abrazarme, y me dió besos en el pelo, hasta él estaba temblando.
-David: la pena es que se fueron corriendo, en cuanto los vi me dieron ganas de zurrarles, aunque eso si... Buena patada Paulita, le dejaste kao en el suelo, se lo llevaban a rastras.
-¿Hay que saber defenderse no? Siempre tenéis el mismo punto débil -me reí un poco y cuando Álvaro me soltó, los miré a los cinco- no podéis llamaros Antihéroes después de lo de hoy, si no me hubierais encontrado...
-Blas: ni lo pienses, estás con nosotros ahora, y ya está -me abrazó por la espalda, a pesar de la mirada fugaz de celos que se le pasó a Álvaro por los ojos.
-Álvaro: siempre iremos a salvarte.
-Carlos: intuimos el peligro, es como el sentido arácnido de Spiderman pero para la gente en problemas.
-Dani: y aunque no volemos como Superman, tenemos coches.
-David: y símbolo, también tenemos un símbolo, estamos patentándolo para proyectarlo en el cielo nocturno como Batman.
-Blas: y además tenemos servicio de entrega a domicilio, sana y salva en la puerta de casa.
-Va a tener razón Tony Aguilar al llamaros el equipo A.
-Carlos: claro, David es el negro.
-David: ¿Y por qué no lo eres tú? ¿O Dani?
-Dani: porque tanto él como yo somos rubios, y no podemos serlo ni con maquillaje, tú eres más morenito -no pude evitarlo, y entre la conversación y las caras de los tres, empecé a reírme
-Álvaro: así me gusta, sonriendo -me dio un beso y le volvió a poner cara de mosqueo a Blas porque no me soltaba.
-Blas: ¿Quieres que te llevemos a casa?
-No, habíamos quedado para cenar, y lo creáis o no... Estoy muerta de hambre.
-Carlos: genial, una ronda de happy meals para los seis