—¡No puedo creer que tardaste tanto tiempo! ¡¿Qué te hizo demorar?! —Otori Eiji se encontraba regañándome casi encima mío y, aún cuando no me había demorado más de diez minutos en llegar a la agencia, seguía gritándome como si fuera el peor crimen jamás cometido.
Suspiré, dando un paso atrás. —Tenía asuntos que resolver antes de venir —lo rodeé, tratando de evitarlo, para así entrar a la enorme oficina de su padre: Raging, dueño de la agencia Raging Entertainment.
Cerré rápidamente la puerta detrás mío, provocando que el sonido del portazo se expandiera por toda la habitación. La oficina era más grande y lujosa a la que una persona normal tendría. ¿Qué les iba a decir? Él no era normal.
Consistía en un simple juego de escritorio en madera de Caboa ubicada justo en frente a unos enormes ventanales de iluminaban la habitación y además dejaba ver una bella vista de la ciudad. En el medio había una pequeña estancia con un par de sillones en cuero blanco y toques de marfil. Detrás de estas, como una decoración más, habían grandes repisas repletas de libros de nombres que no sabría decir sobre qué trataban, pero suponía que eran acerca del hombre enfrente de mí, en su enorme escritorio repleto de archivadores y hojas sueltas perfectamente ordenadas. —Señorita Blackcat —dijo Raging sin levantar la vista de las hojas—. Tardó bastante en entregar su canción. Es algo poco profesional de su parte.
Inspiré hondo, ocultando mis manos apretadas en puño detrás mío. —Disculpe señor por hacerlo esperar unos diez minutos de más —Hice énfasis en el tiempo que había tardado, puesto que no era mucha diferencia. Ni siquiera en el mundo del espectáculo.
Abrí mi bolso para sacar una carpeta con las partituras de la canción y entregárselas en sus manos. Fue difícil intentar retratar las cosas buenas de HEAVENS, puesto que no llevaba conociéndolos mucho tiempo, pero creo que hice un buen trabajo. Ellos a simple vista reflejan liderazgo, confianza y fortaleza, por lo que hacer una canción de piano para ellos, considerando la potencia que se puede conseguir en este instrumento, no costó tanto una vez supe sobre qué era lo que necesitaba escribir.
Raging tomó una bocanada del habano que tenía colgando de sus labios, soltando un suspiro resignado. —Realmente, esperaba más de usted, señorita Blakcat.
La pequeña sonrisa que tenía en mi boca desapareció completamente. —¿Qué quiere decir, señor? —dije, agitando ligeramente la cabeza mientras procesaba lo que había dicho—. La canción está bien, y no lo digo porque lo haya escrito yo. Es lo mejor que alguien le puede dar a un grupo que no conoce, especialmente cuando la crea para ellos —contuve la respiración, afirmando con fuerza la banda de mi bolso—. Si un compositor no logra conectar su corazón con el de los cantantes es, prácticamente, imposible hacer una buena...
—El corazón no tiene relación con el trabajo, señorita Blackcat. Esto es profesionalismo, no una cita o algo parecido —me interrumpió Raging, dejando su habano en el cenicero—. Debería separarlos. Creo que en ese momento sí podrá ser capaz de hacer canciones de la calidad apta para mi agencia... Aún cuando estaría bajo el promedio —cruzó la manos sobre el escritorio, mirándome a través de sus negros anteojos—. Quisiera que se quedase a escuchar la nueva canción de HEAVENS una vez terminados los arreglos necesarios.
Mi rostro se enrojeció de la vergüenza e impotencia, al igual que el resto de mi cuerpo. —¿Piensa cambiar mi canción? ¡No tiene derecho a hacer eso! —me quité el sudor de las manos en la falda de mi vestido, disimulando un poco y tratando de calmarme—. Usted la pidió así y yo le di exactamente lo que quería.
—Le recuerdo que usted fue la que se ofreció para escribir esta canción—dijo el hombre, haciendo una pausa para levantarse y comenzar a caminar en mi dirección—, y ahora la canción les pertenece a HEAVENS y, como ellos pertenece a mi agencia, tengo la libertad de hacer lo que me plazca con ella —Raging pasó de mí para dirigirse a la puerta, abriéndola—. Si me disculpa, tengo que traer a gente competente para arreglarla y lograr ponerla al nivel de este grupo. Por lo que, la invito a retirarse...
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Vida de un Idol (Uta no Prince-Sama)
FanfictionSeguir las reglas siempre ha sido algo difícil, y más si te prohíbe enamorarte cuando hay once guapos chicos conviviendo contigo. Nicole pensaba eso, pero tras escuchar las amenazas del presidente de expulsarla de la agencia, ella tendrá que tener m...