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-¿Tienes miedo?

Se miraban cómo nunca...

La luz de la ciudad era testigo de dos personas que se amaban, que se estaban por unir.

Haruka deslizó lentamente las yemas de sus dedos por las piernas suaves de su acompañante aquella noche. No le dejó de mirar su bello rostro a pesar del índice crítico de pasión en aquella cama, en aquel cuarto, en aquél hotel, en aquella ciudad...

Por que Australia sería por siempre el lugar dónde se demostraron que se querían, dónde pudieron ser verdaderamente ellos.

Haruka apreció al menor. Sus cabellos sudorosos y algunos mechones por su rostro, sus ojos perdidos en pasión mirando a un punto fijo del techo, sus labios levemente abiertos, pero con una abertura en el labio inferior debido a que Haruka quiso deborárselos, quiso comérselos de un mordisco, lamerlos hasta quedarse sin saliva, poder saborear el dulce sabor que los dioses pudieron esculpir.

-Haru...

El chico suspiró su nombre, su brazo estaba encima de su frente, recuperando el aliento. Era la primera vez de ambos, ambos nerviosos y sin ningún tipo de experiencia.

Las anteriores caricias dejaron agotado a Matsuoka, pues, Haruka era un nadador veloz, y sus manos no eran la excepción.

Lentamente Haruka se colocó en posición, abrió levemente las macizas piernas blanquecinas de su pareja y las enredó en su cintura, tomó al pelirrojo cuidadosamente por la cintura, acercándose mutuamente.

La luz de la lámpara fue encendida, a lo que Nanase respondió con un ceño fruncido hacia el otro.

-Es que... tengo miedo.

Pero Haru le tomó de la barbilla para poder besar las lágrimas pecadoras de las cuencas de los ojos del pelirrojo, besó cada parte de su rostro, sus labios, su nariz, sus ojos, sus mejillas, su frente, con tal de que Rin confiara plenamente en que lo que sentía era real.

-Apaga la luz-susurró suplicante-Prometo que no habrá palabras, pero tampoco silencio.

De mala gana Rin asintió, alcanzó el interruptor de la lámpara y la apagó, rodeó a Nanase del cuello, lo juntó, ambos rostros estaban juntos, pero Rin mantenía sus ojos cerrados.

-Voy a... voy a hacerlo.

Rin comenzó a sentir una especie de dolor y perdición, lujuria y amor, era todo tan confuso, pero no puedo evitar morderse el labio en la herida, así le doliese

Era tan complicado mantenerse al margen, Nanase sentía la necesidad de moverse, marcarlo cómo suyo en todo el sentido de la palabra, comportarse salvaje hasta romper ambos la cama. Pero amaba a Rin y no podía permitirse el que saliese herido.

Completamente dentro quedó, unos segundas más, cuando Rin comenzó a querer más, lo necesitaba, necesitaban todo de ambos, se estaban entregando para poder amarse cada vez más, sin ataduras, sin más.

-Rin-Éste amaba cuando Haruka lo pronunciaba-Voy a empezar... pero necesito que me mires.

Los ojos de Rin se mantenían cerrados con fuerza, sus parpados estaban arrugados, y pareciese que le dolía más la vista que las caderas. Haru apartó los mechones sudorosos de su amante para mirarle mejor.

-Rin... Mírame.

Ante tal suplica el aludido no pudo refutar.

Lentamente abrió los ojos y le miró.

Los ojos azules del mayor le miraban con ternura y desesperación. Parecía ahogarse entre esas dos mareas que no hacían más que acecharlo, sentía que entraban a su interior e inundaban su alma. Era maravilloso. Haruka Nanase era maravilloso.

Las embestidas no se dieron a esperar, Rin con sus brazos rodeados en el cuello del otro, sus manos llegaron a parte de su espalda, encajando sus levemente crecidas uñas, en la carne bronceada del ojiazul.

Mientras que Haru se sentía en el cielo.

Era inexperto, estaba dando le mejor de sí mismo para poder llevar a Rin a las nubes-Por la expresión de Rin ya lo había logrado-Pero le amaba, quería darle lo mejor a su ahora pelirrojo.

No había más que hacer, Ambos en la misma cama, haciendo el amor, Por que eso era...

Hacer el amor...

[...]

12 horas dentro y no había noticias.

La señora Matsuoka lucía tan preocupada, mientras que Gou era tomada de las manos por Ikuya, su ahora novio.

Pero no había nadie más preocupado que Sousuke. Su mano tomaba un envase-ahora vacío-de café, temblaba, no podía evitarlo, Rin estuvo a su lado hace 12 horas, y hace 12 horas que nadie daba noticias de él.

Nao era quien atendía la situación, y por eso se le había informado que el bebé venía con el cordón umbilical enredado en su débil cuello, si esperaban más, la vida creciente del pequeño corría peligro.

Al parecer hubo problemas cuando quiso voltearse para prepararse a la hora del "parto", enredándose así mismo y sin poder acomodarse.

La señora Matsuoka se acercó a Sousuke, posando una mano en su gran espalda y acariciándolo poco a poco.

-Está bien...

Unos trotes fueron escuchados por el pasillo, hasta que llegó a dónde el azabache.

-Vine lo antes posible en el primer avión... ¿Cómo está?

Makoto lucía cansado, tal vez había venido corriendo desde el aeropuerto... estaba a sólo unos kilómetros, así que no era imposible aquella sugerencia.

-No sabemos nada de él desde hace 12 horas

La madre de Rin le había insistido tanto a su hijo que volviese a casa."-Estoy en una relación con Sousuke... Él será el padre del bebé."

Cuando la mujer pelirroja se alejó de vuelta al asiento junto a su hija, Makoto se recargó en la pared junto a Sousuke.

-¿Necesitas más café?-La dulce voz de Makoto se escuchó.

-Lo que necesito son noticias-miró al pelioliva-Estoy tan preocupado... Nadie ha podido decirnos que está pasando.

Makoto no supo que decir, le tomó del brazo y le apretó en señal de apoyo. Apoyando a su amor platónico... el esposo de su amigo de la infancia.

Ni podía hacer más, se lo había prometido a sí mismo, no le diría a Sousuke nada de su enamoramiento, no podía hacer infeliz a una relación tan hermosa cómo esa.

Además, el bebé era hijo de Sousuke, no había más. No era que alguna vez Rin o Sou se lo dijera, pero era obvio, se habían casado.

Miró al azabache con ternura y dolor acumulados desde hace años.

Nunca se olvida a una persona, simplemente se aprende a vivir sin ella.

Pero Makoto aún no lo superaba del todo, recordaba cuando recibió la noticia del recién matrimonio, fue por primera vez a un bar a emborracharse, y deseó con todas sus fuerzas que pasara como en aquella película que había visto, que su verdadero amor cruzaba por la entrada del bar y le recataba de aquella soledad.

Pero eso no pasó, sólo pasó en la película.

El silenció se propagó por el ambiente, por sólo unos segundos...

Y el llanto del bebé se escuchó por todo el pasillo.



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¡Sakura o Niji? Ustedes elijen :3

W H I L E [HaruRin][SouRin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora