W H I L E [HaruRin][SouRin]

Eighteen

El sonido retumbaba en toda la casa desde hacia ya dos horas.

Diferentes instrumentos; piano, violín, guitarra, inclusive la trompeta y el saxofón. Ahora lo que sonaba era la batería.

Rin, exhausto, estaba sentado en las escaleras a un lado de la puerta del ático. Había intentado hablar con su hijo, detenerlo antes de que cerrara la puerta, pero no funcionó. Ni los golpes ni llamados funcionaron.

Subiendo la escalera venía Sousuke, con un té en una mano y un café en la otra, el té se lo tendió a su esposo para después sentarse frente a él.

-¿Nada?-Preguntó.

Rin negó mientras mantenía sus ojos cerrados. Estaba cansado, pero no quería rendirse.

-Rin, será hasta mañana.
-No puedo Sousuke, éste es un momento difícil para él, y yo como su padre debo estar ahí para él.

A veces el pelirrojo podría ser terriblemente terco.

Revisó su celular. Era un mensaje de Makoto para después recibir una llamada.

-¿Cómo está?-Ya sabía de que iba el asunto.
-No quiere hablar con nosotros... está en su habitación, cambiando de instrumento.

La expresión de Makoto era pensativa.

-De algún modo tendría que saberlo.-Dijo sensato.-Mañana iré para allá... y dile a Rin que se duerma, ya es tarde.

Colgó.

-Ya oíste a Mamakoto-Aunque trató de sonar divertido, la reacción de Rin fue un puchero.
-No. No quiero Sou.

El aludido, sin pensarlo dos veces, cargó a su esposo estilo princesa mientras bajaba las escaleras hasta llegar a la habitación que les correspondía. Lo acomodó en la cama y lo cubrió con la cobija.

-Pero, Sousuke... Sakura me.
-Si, lo sé, Sakura te necesita pero ahora alguien depende de que estés bien-Acarició la barriga del pelirrojo-Mañana en la mañana Makoto nos ayudará, no te preocupes.

Con una sonrisa logró tranquilizar a su esposo y dejarlo dormir.

[...]

3 horas después

Había logrado que sus padres durmieran, él descansó un poco y comenzó a pintar en uno de sus pliegos blancos. Pintaba lo que sea, al fin y al cabo no tenía que esforzarse, el arte le nacía de los poros de su piel.

"Es de familia" le había dicho su padre Rin antes, pero cómo sus dos padres eran un asco en el arte, sólo había una explicación...

Refunfuñó al imaginarse a su ídolo para después esforzarse más en pintar y tratar de olvidar lo de hace unas horas.

Se sentía humillado, traicionado, sentía dolor. Su padre Rin le iba a explicar todo, cómo fue que Haruka Nanase no lo consideró nunca cómo un padre, por qué lo ocultó, pero tan molesto estaba que salió corriendo a su nueva habitación, con posters del sujeto por todos lados.

¿Qué explicación le habría dado su padre Rin? No quería ni imaginárselo.

Había estado enamorado de su propio padre, pero esos sentimientos se esfumaron en cuanto Rin le hizo saber la verdad.

Iba a seguir maldiciendo, cuando de pronto su celular le indicó una llamada. Sin pensárselo dos veces le contesto.

-¿Qué?
-Wow, así le contestas al gran Mario, ¿Qué pasa rosadito?

De la impresión se dejó caer en su cama y sólo mirar el techo, llevarse una mano a la cabeza y tranquilizarse.

-Yo... Lo siento, ¿Qué pasa?
-Salgamos.