Un día común para la mayoría del mundo, de esa manera podría describirse.
Pero no para Sebastian, puesto a que algo le decía que pronto, todos sus problemas se irían... O al menos la mayor parte de estos.
Una de las criadas de la mansión Phantomhive, se alejó de aquella conmoción que yacía en el cuarto del joven Samuel, quien sufría en ese momento uno de los peores ataques de dolor en su ojo izquierdo. La criada, se dirige a la entrada, recibiendo en la mansión a aquel hombre alto, delgado, y pelinegro quien esperaba impaciente a que se le fuera atendido.
- ¿Se le ofrece algo? -
Preguntó aquella mujer, cuyo rostro se encontraba ruborizado mientras observaba a aquel hombre.
- Vengo de parte de la boutique Hopkins, soy Sebastian, asistente del señor Hopkins, he venido especialmente a traer los trajes que la familia usará esta noche y los trajes extras que han sido diseñados. -
Decía aquel, mientras seguía observando impaciente a aquella mujer inútil que no hacía nada más que babear.
- ¡Oh! Claro, le debo una disculpa, el señor y señora Phantomhive se encuentran en su habitación, puede iniciar llevando las prendas de los ya mencionados, en lo que el señorito Samuel se tranquiliza, el hijo de el conde Phantomhive. -
Decía haciéndose a un lado para para que aquel hombre pasará.
- Si me disculpa, iré por las prendas de la familia primero. -
Sebastian se dirige al auto, abre la cajuela, y saca tres grandes cajas que a simple vista parecían ser muy pesadas.
Vuelve a la entrada, en donde la criada se encontraba después de haber ido a avisar a cerca de la llegada del asistente al señor y señora Phantomhive.
- Joven Sebastian, el señor y señora Phantomhive lo esperan en el segundo piso, por favor, sígame. -
La criada comienza a caminar, dirigiéndose hacia las escaleras.
Sebastian, no quería hacer otra cosa que dejar de seguir el lento paso de aquella criada, puesto a que conocía esa mansión como a la palma de su mano.
Luego de un par de minutos, llegaron a la recámara principal, la cual se encontraba abierta, puesto a que ya estaban esperando a Sebastian.
- Buenas tardes, soy Sebastian Siemens, asistente del dueño de la boutique Hopkins, es un gusto conocer a la familia Phantomhive. -
Dijo este luego de haber dejado las cajas en donde la criada le indicó.
- Es un placer, yo soy el Conde Ernest Phantomhive, un gusto en conocerle. -
Aquel hombre con la misma voz que la de aquella llamada.
- Y ella es mi esposa, Mollie Phantomhive. -
Aquella mujer de semblante frío saludó con un gesto facial.
- He venido para supervisar que todas las prendas sean correctas. -
Sebastian abría una de las cajas, que contenía la ropa de la dama, y sucesivamente abrió la caja que contenía la ropa del conde.
ESTÁS LEYENDO
Kuroshitsuji: Hora del té [Yaoi] [Sebastian x Ciel]
FanficSebastian, siempre impecable en todo momento. Conocía todos y cada uno de los gustos de Ciel, su dulce amo. Inclusive la forma en la que él tomaba las tazas de té con tal cuidado, que parecía sostener algo tan delicado como algún trozo de vidrio d...