La casa Phantomhive sufría la supuesta desaparición de su hijo Samuel Phantomhive, y la boutique Hopkins había sido demandada bajo la sospecha de ser los culpables de la desaparición de su hijo.
De igual manera, Sebastian había quedado bajo demanda de la sospecha mayor, debido al hecho que al igual que su hijo, este desapareció.
Los padres rogaban para que tan sólo una llamada pidiendo dinero para el rescate de su hijo llegara, mas sin embargo no tenía pinta de tratarse de un secuestro.
Sebastian, quien se encontraba en ese momento en el inframundo, acudió a hablar con su padre y le habló de lo sucedido.
Padre, Satanás, ahora sabía quién era la causa de que su hijo hubiese sido desterrado del inframundo durante más de cien años, y realmente no estaba entre sus intenciones perdonar a su hijo Cimeries, puesto a que Astaroth era mucho mejor que Cimeries, en cuanto al poder se habla.
Satanás tenía planeado dejarle a Astaroth absolutamente todo lo que tenía, cuando el momento llegara, pero debido a aquello, había cambiado de planes y le iba a dejar todo a Cimeries, pero ahora era nuevamente momento de cambiar de planes.
Y así fue como Satanás envió a un par de demonios la orden de desterrar del infierno a Cimeries, debido al crimen de traición a su familia.
En menos de lo que se esperaba, Cimeries ya no estaba en el inframundo, y debido a la visita de aquellos guardias demonios que hicieron a la propiedad de Cimeries, descubrieron que Cimeries había cometido tres crimenes infernales de igual manera. Y uno de ellos era el crimen más inperdonable del inframundo.
Primero que nada, estaba el hecho de que había infiltrado hace años a un humano al inframundo, luego, cometió el crimen más inperdonable, puesto a que acudió a la isla perdida del inframundo y convirtió a aquel humano en un demonio, y por útlimo, el último crimen, escondió a aquel humano de los demás durante más de cien años en el inframundo.
Los guardias desterraron a Cimeries al mundo humano, conjunto que le retiraron los poderes que este poseía y los almacenaron en un frasco que podía contener hasta los poderes del mismo Satanás.
Llevaron a Ciel hacia el palacio de Satanás, en donde en esos momentos, Astaroth y Satanás se encontraban conversando a cerca de lo que había sucedido en el inframundo durante los últimos cien años, y discutían de igual manera a cerca de los futuros planes que se implementarían en el inframundo.
Fue en ese momento en el que los guardias entraron a la sala principal de aquel palacio demoniaco, y sosprendieron a aquel padre e hijo que se encontraban conversando cómodamente en aquellos sillones.
Astaroth fue el más sorprendido al ver a su amado siendo retenido por aquellos guardias, pero decidió que lo mejor de todo era guardar la calma conforme a eso y esperar a que su padre tomáse una decisión a lo que haría con Ciel, y ver si podía intervenir en cuanto a esta decisión.
Los guardias informaron a cerca de la situación que se encontraba sucediendo con aquel pequeño demonio, y a cerca de que este mismo contenía algunos de los poderes de Cimeries, que eran técnicamente imposibles de retirar, puesto a que ya lo habían intentado.
No quedaba otra opción más que el hecho de que este tenía que quedarse en el inframundo, ya que sería peligroso desterrarlo al mundo humano.
- Puedo tomar cargo de él si así lo deseas, padre. -
Dijo Astaroth al ver que Satanás estaba pensando mucho y no podía tomar una decisión correcta. Luego de unos momentos, Satanás aceptó la propuesta de su hijo, y le pidió a los gurdias que escoltaran a aquel niño a la mansión de su hijo Astaroth.
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Kuroshitsuji: Hora del té [Yaoi] [Sebastian x Ciel]
FanfictionSebastian, siempre impecable en todo momento. Conocía todos y cada uno de los gustos de Ciel, su dulce amo. Inclusive la forma en la que él tomaba las tazas de té con tal cuidado, que parecía sostener algo tan delicado como algún trozo de vidrio d...