Admiración y dolor

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El día de hoy, hay té Florida con la cantidad adecuada de azúcar, tal y como a usted le gusta.

Nuevamente, aquel sueño invadía la paz de sus mañanas.

Era más que extraño tener aquel sueño, puesto a que por más que lo pensaba, no lograba encontrarle algún sentido.

- ¡Samuel! ¡El desayuno! ¡Baja a comer! -

Decía aquella sirvienta a la que tanto cariño le tenía.

Samuel Phantomhive, doce años de edad.

Un niño bastante peculiar.

Su altura era tan baja como la de un metro y cincuenta y dos centímetros. Su cabello, tan negro como la misma noche, sus ojos, grandes y de un peculiar color azul claro, y su piel tan blanca como el azúcar.

Nacido el catorce de diciembre del dos mil cuatro, en Londres, Inglaterra.

Criado por su querida madre, Mollie Phantomhive, y por su padre, Ernest Phantomhive.

Su familia, servía a la realeza desde hace mucho tiempo, aunque unas dos generaciones antes que dejaron de hacerlo.

Se rumoreaba que su familia hace años se encargaba de trabajos sucios, de los cuales solamente algunos líderes de la familia lograban destacar.

Entre ellos estaba un conde, que destacó por ser el primer miembro de la familia en tomar la cabecera a tan corta edad, su nombre, era Ciel Phantomhive, quien murió en una tragedia en el año de 1884, dejando a toda su familia y conocidos, muertos.

Aunque, se rumoreaba que no todos habían muerto, pero solamente era una más de las mil teorías que se dieron a conocer.

Se dice que la familia pudo seguir, generación tras generación, debido a que el anterior líder de la familia Phantomhive, Vincent Phantomhive, hizo aparición después de enterarse de la muerte de su hijo, tomando nuevamente la cabecera, y casándose con una bella mujer, volviendo a rehacer su vida y familia.

Y así fue como se llegó a la actualidad, en la que la familia Phantomhive, dueña de la empresa de dulces Cadbury, antes Funtom.co, se encuentra siguiendo con su vida en este momento.

Samuel, asistía a Lantern of Knowledge Secondary School, una escuela secundaria privada, de las mejores en Londres.

Su familia tenía un buen perfil social, debido a que una de las cosas que no habían cambiado en su familia, aún después de muchas generaciones, eran aquellas obras de caridad.

Samuel, bajaba aquellas inmensas escaleras de la mansión Phantomhive, en donde generación tras generación, las familias Phantomhive habían vivido.

Las puertas en aquella mansión, nunca dejaron de sorprenderle, eran inmensas y hasta pareciese que ni siquiera hubiesen sido hechas para que un humano pasará por ellas, o al menos de esa manera lo veía por su poca estatura.

Al abrir la puerta del comedor, Samuel se percató de que su padre no estaba nuevamente.

- Madre, buenos días. -

Kuroshitsuji: Hora del té [Yaoi] [Sebastian x Ciel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora