Capitulo 3

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Lleve a Kaguya al apartamento mientras recibíamos noticias de Kamijo, aunque primero entre para asegurarme de que P~suke se quedara en la habitación libre que tenia, y pasamos todo el tiempo en el balcón, sólo por si acaso.

Pasaron las horas y ninguna noticia acerca de Kamijo y Hatsumomo. Ni siquiera podía llamarlo porque sabia que probablamente había olvidado su móvil. Mientras esperábamos enseñe las nociones básicas para tocar el bajo a Kaguya, quien resulto ser sumamente inteligente y tal como había dicho su padre, una apasionada a la música. No me causaría problemas y para mi pesar, aprendería demasiado rápido.

-Tienes un instinto muy natural y único para esto, casi no me necesitas. - dije mientras le servia un poco de café después de tocar un buen rato.
-Pero lo necesito sempai, tengo que aprender bien las nociones básicas
-Entonces pídele a tu padre que te meta mejor a un conservatorio. Yo no podré enseñarte teoría ni nada parecido
-Estuvimos en el conservatorio de pequeñas , pero después cada una tomo su lado. Momo chan eligió la pintura, y yo la música.
- Entonces, ¿ sigues ahí?
-Si... Pero no es tan divertido como estar aquí - sonrío muy alegre. Una adorable sonrisa que me derritió por dentro - pero si le molesta...
- No, jamás me molestaría estar contigo - sonreí disimulando lo mejor que pude.
- Gracias sempai, es muy amable. Ademas, la experiencia es la mejor maestra.
- Sin duda

Kaguya a pesar de la situación, estaba tranquila. Aunque algo impaciente.

La lleve al piso de Kamijo y le advertí sobre la alfombra y la habitación de su hermana. Ella prometio no acercarse, abrió la puerta, dio media vuelta hacia mi, se paro de puntillas y me dio un tierno beso en la mejilla de despedida.
Sonrío dulcemente, agradecida por ayudarla, y entro.
Me quedé ahí sonriendo como un idiota frente a la puerta, aún con su dulce perfume en mi nariz. Suspiré profundamente y volví a casa.

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Dormía con Psuke a mi lado cuando el sonido molesto del teléfono me despertó. Di la vuelta y caí de la cama con un sonoro golpe que casi hace que me quede dormido de nuevo. Mientras me incorporaba la contestadora se activó y grababa el mensaje.
Corrí para tomar el teléfono.

-¿Hola?
-Masashi - la voz de Kamijo sonaba al otro lado - necesito que lleves a Kaguya a Kanagawa con mi madre en una hora.
- ¿ Disculpa?
-Es obvio que acabas de levantarte por lo lento que estas. Ven por ella en una hora
-¿Pero porque yo? No soy su niñero ni...
-Porque soy tu jefe y te lo ordeno- aquí empezaba a hacer aparición la ira contenida de Kamijo - y te recuerdo que tu estupido gato y tu causaron la alergia de mi hija, no puedo tenerlas juntas estando así
-Señor presidente yo...
-Cállate. Una hora, tienes una hora. - Y colgó. Al menos no estaba frente a mi para estrangularme con sus cuidadas manos.

Resignado, fui a arreglarme y a alimentar a Psuke. Por lo menos podría tener un cómodo viaje en tren con aquella preciosa princesa. Mi querida princesa Kaguya.

Toque el timbre y al abrirse la puerta una guía telefónica salió disparada hacia mi frente, golpeo y cayo sobre mi dedo gordo y sensible. Grite como loco mientras cojeaba y tocaba mi frente, esperando no sangrar.

-Te lo tienes merecido, incluso si por mi fuera te haría pagar de otra forma- Me grito Kamijo mientras contenía mi dolor y pasaba al apartamento.

Kamijo no necesitaba maquillaje ni presentación para imponer respeto, aún estando en una bata de seda, con su cabello rubio y despeinado, enormes ojeras y una terrible mirada asesina que de poder, desataría su furia de dragón majestuoso sobre mi. A pesar de ello, estaba ahí dispuesto a disculparme y ver a mi pequeña adoración.
Soportaría otra guía telefónica por ese viaje a Kanagawa con ella.

-Señor Presidente, pudo abrirme la cabeza con eso - dije palpando mi frente que me dolía terriblemente, podía sentir como ardía.
-¿ Es mi culpa acaso ? - ahí estaba ese tono acusatorio de nuevo - sólo me estoy poniendo más o menos parejo
-Papaito- Kaguya llego con nosotros arrastrando su maleta rosa pastel - golpeaste al pobre Masashi sempai - agregó con tono acusatorio - me prometiste que no lo lastimarías
- Te prometí que no directamente - sonrío como un niño que recién habían atrapado con las manos en la masa - pero la guía resbaló de mis manos hacia el cuando abri la puerta, además que no le dara más que un moretoncito
-Papá - suspiro y comenzó a ponerse su abrigo mientras decia - esto es como cuando el pobre Teru se cayo del escenario en el ensayo
- ¿ Qué ? Teru se cayó...
- Fue un accidente - dijo Kamijo interrumpiéndome mientras cruzaba sus brazos - Teru tropezó en el ensayo con uno de los cables, ya sabes que siempre va brincando por ahi como tontito
- Y un día anterior él cuidaba a Momo chan cuando se fracturo la muñeca
- Solo a el se le ocurre llevarla a jugar bolos cuando ninguno sabe jugar, además Teru siempre se cae - agregó Kamijo como si el asunto no fuera tan serio. - Sera mejor que se vayan o perderán el tren.

Kaguya sonrió y abrazó a su amado padre, el le dio un tierno beso en la frente y la despidió. Realmente era tan parecidos, y el era tan dulce con su pequeña princesa, su valioso tesoro que me confiaba por un par de horas.
Sonrío con dulzura y gran amor a Kaguya quien beso su mejilla
Tomó su maleta y comenzó a caminar hacia la guía telefónica que estaba afuera, la levanto y regresó a acomodarla en su lugar. Mientras Kaguya hacia eso Kamijo encendió un cigarrillo y sacó de la bolsa de su bata un pequeño monedero y me lo entregó.

- Solo por si acaso, ella ya tiene el dinero de los boletos y todo eso - soltó una bocanada- por favor cuídala mucho, mis niñas son muy valiosas para mi. Te lo pido no como tu jefe ni como tu camarada, como un amoroso padre, por favor Masashi no te le despegues hasta dejarla con mi madre.

Me miraba no con furia ni nada que tuviese algún parecido, si no como si se tratara de entregar a su pequeña a alguien más por un prolongado y exagerado tiempo. Me miraba como mi madre cuando no era más que un joven problemático, con ese amor y preocupación propios de una amorosa madre.

Extendí mi mano hacia él y prometí que no me despegaría de Kaguya hasta que estuviera con su abuela. Hice una reverencia a Kamijo, alegre de que estuviéramos en paz y que no me lanzara otra cosa.

Salí del apartamento y camine para tomar el elevador, Kaguya ya estaba ahí con su maleta rosa pastel, un abrigo negro y un paraguas en la otra mano. Sonrió dulcemente mientras esperábamos el elevador.

-Lamento mucho lo que hizo papá- dijo cuando estuvimos en el elevador - siempre ha sido así cuando de trata de nosotras, dice que si nos pasara algo, se moriría de tristeza
- Entiendo, me pregunto que diría tu madre de todo esto
- Mamá no puede decir nada de esto - susurró
- ¿ Porqué ?
- Sólo no puede.

El elevador se abrió en el lobby y ella salió. Seguí a la princesa Kaguya hasta mi auto.

妖 『Ayakashi』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora