Capitulo 4

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Tome asiento mientras Kaguya acomodaba su abrigo en el respaldo de su asiento. Verla hacer eso era incluso encantadoramente embrujante para mi.
¿ Era correcto sentir esto por una chiquilla que bien podría ser mi hija ? De seguro era la forma cruel del destino de hacerme ver que no sería feliz más que manchando la pureza de aquella princesa.

Suspiré acongojado y miré por la ventana.

Kaguya no me había dirigido la palabra desde lo del elevador. Empezaba a desear que todo el viaje no fuese de ese silencio sepulcral.
Trataba de pensar que tema podría hacer que todo fluyese tan bien como el día anterior en mi apartamento, pero nada me parecía adecuado. Aunque empezará a enamorarme de aquella niña no tenia mucho tratándola y aun desconocía casi todo de ella.

-¿Cómo sigue tu hermana?
-Esta en su habitación- decía mientras se sentaba y acomodaba su vestido- papá no me dejó entrar, esta con medicamentos y creo que estará así unas semanas. No lo se bien, jamás nos había pasado, o al menos no que yo recuerde
-Lo lamento mucho Kaguya chan- a pesar de ello, tenía un par de horas para convivir más con ella, aunque no la viese en semanas por esto
-No lo sabia Masashi ~sempai, no se culpe. Ya ha tenido suficiente con la guía telefónica de papá

Casi había olvidado mi dolor de cabeza.
El resto del viaje lo pasamos hablando de su escuela, música, y su abuela, a quien adoraba y consideraba como su madre. No volví a preguntar respecto a esta para evitar otro silencio glacial.

Al llegar a la estación tomamos un taxi para la casa de la madre de Kamijo. No solo era niñero de la hermosa princesa de Kamijo, si no que también conocería a su madre, la responsable de que el sea el músico que ahora es.

-Apuesto a que la abuela esta haciendo mi comida favorita ahora mismo- dijo Kaguya tocando el timbre en el portón de una hermosa y grande casa estilo occidental
-¿ Qué platillo es, Kaguya chan?
-Bœuf bourguignon - dijo tocando el timbre de nuevo, el intercomunicador del portón seguia en silencio
-¿Cómo es ese platillo? Nunca lo he escuchado
-Es un platillo francés Sempai, es ternero con vino tinto. Cuando éramos pequeñas mamá lo hacía especialmente para nosotras y ...

Silencio.
Kaguya notó que había hablado de más. Pude ver una pequeña sombra de tristeza nublar su mirada brillante y sentí el impulso de abrazarla, protegerla y consolarla. Pero la herida no hizo más que asomarse una fracción de segundo. Aquella princesita se puso firme y comenzó a sacar su móvil y llaves.

Tecleó rápidamente y comenzó a buscar la llave del portón. Todo esto en total silencio.
Una alerta de mensaje y abrió el portón al mismo tiempo que leía.

-La abuela esta en el super comprando lo de la cena, creo que llegamos mucho antes sempai - dijo en un susurro- ¿quiere pasar y esperar conmigo? La abuela tardará horas en llegar

¿Era esto acaso una prueba? Si podía quedarme de nuevo a solas con aquella preciosa chiquilla...

Adentro la casa no hacia si no mejorar. Un hermoso jardín lleno de flores rodeaba un camino de adoquines que llevaba a la puerta principal de la casa de dos pisos. Entramos a la lujosa casa dónde seguro Kamijo había crecido, rodeado de lujos, comodidades y música. Subí las escaleras tras de Kaguya y la acompañe a su habitación, una hermosa habitación digna de Misako Aoki.

Ahora que la princesa de Kamijo estaba instalada y a salvo en la casa de su amada abuela, mi misión de niñero había acabado. Podía irme. Pero no quería.
Solo me limité a ver a Kaguya abrir su maleta y quitarse su abrigo.

-Si Masashi sempai quiere, hay una habitación de huéspedes- dijo mientras volteaba a verme, con una cálida sonrisa
-Me encantaría Kaguya chan, pero no tengo quien cuide a P~suke, tendré que volver pronto
-Oh, ya entiendo- su sonrisa se esfumó- pero sempai ¿no quiere esperar conmigo? Ella tardará - caminó hacia mi mientras decía- podemos descansar un poco, ¿no?

Me era difícil contener mis impulsos carnales con aquella hermosa princesa, estando tan cerca y solos por horas. La adoraba y empezaba a soñar con quitarle todas esas capas de ropa.
Tenía que salir de ahí antes de mancillarla y condenarme por siempre.

-Kaguya chan, en serio... Yo
-Masashi sempai, de nuevo esta sonrojado- me tomo de las manos y se acerco más, tomando mi temperatura - seguro es por lo de la guía, vamos a que se recueste sempai.

Me llevo de la mano a la habitación de huéspedes y me hizo recostar sobre el edredón color perla de aquella habitación. Se sentó en la cama junto a mi y comenzó a preguntarme si realmente me sentía mal. Acerco sus suaves manos a mi rostro y no puede evitar besarlas.
Kaguya las aparto sorprendida y sonrojada. Pero en vez de disculparme solo me acerqué a su hermoso rostro y la besé. No esperaba que me correspondiera, y tampoco esperaba que me siguiera el beso, ni que llevara sus manos alrededor de mi cuello.

Al terminar aquel beso, nos miramos como preguntándonos si seguiríamos adelante con aquello.

-Kaguya chan - comencé a decir con voz temblorosa- yo no haré nada que no quieras hacer, y si esto te molesta, me iré

No dijo nada. Sólo tenia baja la mirada.
Empecé a creer que había arruinado mi relación con aquella inocente princesita y que ella solo me quería lejos ahora mismo.

-Es sólo que nunca lo he hecho con nadie -susurro- no sé cómo...
-Kaguya yo...- ¿ realmente le quitaría su pureza ?- si tú no
-Quiero hacerlo Masashi - al terminar de decir esto levantó su hermoso rostro y comenzó a besarme.

No pude detener sus besos, ni siquiera lo intenté. Deje que mi deseo reprimido guiará nuestras acciones.
Quite la capas de ropa con dulzura y devoción, como si aquella ternura en esta acción fuera a redimir mi terrible deseo hacia aquella chiquilla.
Cubri de besos su hermoso cuerpo y me hundí en ella.
Kaguya gemía y gritaba mientras sus manos rasguñaban mi espalda. Cerré los ojos y me entregué al placer por completo.

妖 『Ayakashi』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora