Chapter 2

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— ¿Que te gustaría que sea? ¿Un niño o una niña? —preguntó Dazai, mientras descansaba su cabeza sobre su vientre en un intento de oír patear al bebé. El neonato se había estado moviendo hacia un rato, pero al parecer, que ahora tenía la atención de su padre no quería hacerlo.

Chūya resopló.

— Con tal de que no salga parecido a ti... Me conformo con lo que sea. Además, ya tengo suficiente responsabilidad en tener que cuidar de la versión en tamaño grande y otro que se empeña en imitarte todo el tiempo.

Dazai fingió un puchero ofendido.

— ¿Eeeh? Pero si amas cada parte de mi y lo sabes —sonrió con cierta petulancia, porque sabía que de hecho no se equivocaba.

Se irguió en la cama y la fina sábana que cubría su cuerpo desnudo resbaló, más no pareció importarle. Acarició su vientre con una mano.

— Tal vez tengamos una niña esta vez. ¿Crees que seríamos buenos cuidando de ella? ¿Te imaginas como sería una hija nuestra?

La sonrisa de Dazai se hizo aún más grande al hacerse una imagen mental de cómo sería una hija de ambos. Quizás heredaría su color de cabello y los ojos de Chūya, o quizás todo lo contrario, pero de ambas maneras estaba seguro de que sería muy guapa al crecer. Los genes combinados de Chūya y él creaban maravillas.

— Ni siquiera sabemos si será una niña, deja de sacar conclusiones precipitadas —se quejó.

Dazai había dicho exactamente lo mismo con Saku, quien resultó ser un niño. Sus habilidades para predecir el futuro no eran exactamente las más acertadas de todas.

— Bueno, de cualquier forma, si tenemos un niño entonces supongo que podemos intentar tener una niña la próxima vez —murmuró con voz alegre.

— ¿Próxima vez? Ah, no. ¡Ni lo sueñes, loco suicida! —contradijo rápidamente el pelirrojo a su pareja, también irguiéndose en el colchón.

Chūya apenas podía cuidar de Saku y eso era cuando Dazai se dignaba a ayudarlo en la casa. Y ahora que tendrían otro bebé las cosas solo se harían más difíciles, ni hablar de un tercero. Con dos vástagos era más que suficiente para él, ni siquiera había tenido planes de tener hijos en un primer lugar, solo sucedió.

— Pero yo quiero tener muchos hijos, ¡quiero que seamos una gran familia feliz! —exclamó Dazai, literalmente abrazándolo con tanta fuerza que le hizo caer de nuevo en la cama y le dejó sin oxígeno en los pulmones.

— ¡Ah, ya quítate! ¡Me asfixias, tarado!

Se quitó a Dazai de encima como pudo, quien no paraba de divagar alegremente sobre cuántos hijos quería tener en el futuro. Chūya le miró de igual manera como se miraría a un demente cuando le oyó decir que quería tener como mínimo diez hijos. Sabía que le gustaban los niños, pero aquello era una locura.

— ¡Diez hijos tu abuela! ¡Yo no pienso tener tantos!

— Pero Chūya... —sabía que Dazai no se detendría allí, trataría de convencerlo de cualquiera forma. Siempre era lo mismo con él— ¿No crees que sería lindo tener pequeñas demostraciones de nuestro amor correteando por la casa? Saku no será un niño pequeño por siempre, el bebé tampoco.

— Nuestro amor no se mide por la cantidad de hijos que tengamos, Dazai —sentenció severamente Chūya, mientras se ponía de pie con algo de esfuerzo y tomaba una bata para cubrirse, puesto que había refrescado. Ya no quería seguir hablando del tema, pero al parecer el otro aún no había captado su indirecta.

Soul & Stars [Soukoku; Mpreg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora