Chapter 6

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— ¡Cárgame!

Akutagawa miró estático a la personita que se había establecido firmemente frente a él, con ambos brazos extendidos, y en espera de que el mayor cumpliese con su petición.

— ¿Qué...?

— ¡Cárgame! ¡Saku quiere que lo cargues!

El pelinegro miró a aquel ser diminuto y alegre con una expresión de terror, mientras retrocedía unos pasos lejos del niño.

— No, y-yo no... —comenzó a balbucear, de forma incoherente.

Jamás había tenido alguna experiencia previa tratando con niños, no desde que él mismo había sido uno. Y ciertamente no entendía porque la manía de estos de pedir que los cargasen todo el tiempo. Tampoco se sentía seguro con el hecho de estar cerca de uno, a pesar de que Saku al parecer si quería estar cerca de él.

— ¿Pero que es esto? —una voz murmuró de pronto— ¿Luchas contra enemigos que helarían la sangre a cualquiera pero no eres capaz de cargar a un niño pequeño si te lo pide?

Akutagawa no tuvo que seguir el sonido de la voz para saber que se trataba de Dazai. El castaño contemplaba la situación reposando su hombro sobre el marco de la puerta que separaba la cocina de la sala de estar. No sabía cuando había llegado, pero estaba cruzado de brazos y una expresión divertida se dejaba ver en su rostro.

— Mi hijo no muerde, si eso es lo que te preocupa.

Akutagawa sintió sus mejillas enrojecer.

— ¡No es eso! !Es solo que jamás he cargado a un niño antes! —se defendió éste, cosa que si era cierta.

¿Qué pasaría si lo dejaba caer por accidente? Sabía que los niños no eran muy resistentes y se podían dañar con facilidad, y sinceramente no quería arriesgarse.

Pero Dazai no se detuvo ahí. Oh, claro que no lo hizo. De hecho, parecía estar disfrutando de la situación al 100% y muy curioso por saber cómo actuaría el pelinegro ante esa situación tan 'peligrosa'.

Abandonó su lugar y se acercó a ellos.

— Vamos, intenta cargarlo. No pierdes nada con intentarlo. Además, Saku quiere que su tío pase algo de tiempo de él. ¿No es así, Saku?

— ¡Ti! ¡Eso quiere Saku! —respondió animadamente el niño, volviendo a alzar los brazos hacia Akutagawa.

Sabía que no ganaría nada con rechazarlo, además de que si lo hacia probablemente le haría llorar y aquello era lo último que quería. No sabía cómo lidiar con los niños que lloraban y sus llantos le ponían nervioso. Dazai lo miraba con atención, bastante divertido, por lo que veía.

Suspiró, tampoco era que pudiera negarse a ese par de oscuros y adorables ojos que lo miraban con tanta adoración en ellos. Así que finalmente se reclinó para levantar al niño.

Pero Dazai soltó una carcajada al ver lo que hacia. El pelinegro ahora arqueo una ceja, preguntándose qué había hecho mal. Solo estaba sosteniendo al engendro, tal como el quería, no veía nada de malo en ello.

— Es un niño, no una bomba —rió— Lo estás sosteniendo mal. A ver, déjame ayudarte.

Dazai se acercó y le hizo sostener a Saku más pegado a su pecho. Luego movió sus brazos para que lo sostuviera mejor.

— ¿Ves? Así está mucho mejor.

Saku se aferró a su cuello con toda la naturalidad del mundo, para cierta consternación de Akutagawa. Se sentía extraño tener a una bola de carne caliente aferrándose a ti, pero a la vez transmitía un sentimiento familiar. Una mueca confusa surgió entonces en la carita del niño.

Soul & Stars [Soukoku; Mpreg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora