CAPITULO 2O

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Maratón 7/7

Christian

Me toma un momento analizar y entender lo que está pasando a mi alrededor, Ana me está dejando y lo peor es que está embarazada, por eso insistía tanto en que habláramos, en que la escuchara, pero me encerré en mi mundo buscando una solución para mantenerla a salvo, ¿Qué hice?, soy un completo imbécil

- ¡Y es solo mi hijo por idiota, así que no te quiero cerca de nosotros! – grita desde el ascensor mientras las puertas se cierran lentamente
- ¡Ana! – grito con todas mis fuerzas pero ella ya se ha ido

Lo pienso por un momento y no la voy a dejar así como así, por Dios mi sueño se cumple seré papa, pero mande todo a la mierda con mi actitud. Corro al ascensor del servicio y presiono frenéticamente el botón para que baje más rápido, pude ver que no iba sola, pero aun así no la dejare ir. Llego al aparcamiento y la veo caminar hacia el auto

- ¡Ana! – la llamo haciendo que se detenga y se gire para mirarme con esos hermosos ojos azules que ahora están rojos e hinchados de llorar, corro hacia ella, pero coloca una mano en frente de su pecho
- Aléjate – me dice con voz rota – no te quiero cerca – me dice con ira y sé que me lo merezco
- Nena hablemos – le pido al punto del colapso y ella comienza a reír con amargura
- Llevo una semana pidiéndote que hablemos – dice con tristeza mientras niega – no me volverás a ver – dice decidida y ahora el que niega soy yo – solo me iría una semana, para que todo se calmara, pero me voy para siempre – dice mientras retoma su camino hacia el auto
- Ana, por favor no me dejes – le suplico mientras me arrodillo a sus pies y lloro como un niño desolado
- Levántate – me pide mientras llora
- No – digo mientras me aferro a sus rodillas
- Christian – dice en un sollozo mientras hace que la suelte para arrodillarse a mi lado – tengo que hacerlo, por nuestro bien – me dice limpiando mis lágrimas – te amo, con mi vida, pero ya no eres el único, este pequeño ser que crece en mi ser necesita tranquilidad y esa no me la darás tú y tu fortaleza – me dice con calma mientras me abraza
- Perdóname, no te vayas – le pido mientras me aferro a su cuerpo – sé que he sido un completo imbécil, pero solo te quiero proteger – le explico mientras sigo llorando en sus brazos
- Lo sé, pero piensa que no somos solo nosotras – dice con dulzura – déjame ir – me suplica y no sé qué hacer
- No te quiero perder – le digo tomando su rostro entre mis manos – llévame contigo – le pido y ella sonríe con tristeza
- Démonos este espacio, te lo suplico – me dice mientras besa mis labios y se levanta para alejarse de mi – te amo – dice mientras se sube al auto pero antes de irse me sonríe – te amamos—dice cerrando la puerta y se va con mi alma
- Señor – me llama Taylor mientras me ayuda a levantarme – subamos y se tranquiliza – me pide y asiento como en automático – ella volverá – me dice con una segura sonrisa

No respondo solo asiento y subimos en completo silencio. Por primera vez en esta semana pienso en todo lo que tuvo que pasar Ana mientras yo solo era grosero y esquivo con ella, y aun así me sigue amando y estando para mí, no la merezco

- Taylor quiero vigilancia y seguridad 24/7 para mi esposa e hijo – le digo serio tomando el mando de la situación
- Si señor – dice Taylor con profesionalismo
- ¿Crees que vuelva? – le pregunto y el solo me da una sonrisa tranquilizadora
- Claro que sí señor – afirma y me siento un poco más tranquilo – si no es que antes usted la busca – dice guiñándome un ojo mientras sale del ascensor

Él tiene razón, esperare que todo se calme y la buscare, y si me tengo que ir a la Patagonia por ella lo are. Entro a mi despacho y le pido a Gail que me prepare un té para mis nervios. Me siento a leer mis correos y tengo un anónimo y eso solo quiere decir problemas. Lo abro y me sorprende lo que encuentro

Un Destruido Corazón (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora