- ¿Martina? -la voz de John se escuchaba al fondo del pasillo cada vez más cerca.
Miré fijamente a los ojos de Kurt, quien ya se había separado de mí, aunque sus manos sostenían las mías. Intenté limpiarme las lágrimas en un tiempo récord antes de que John llegase a la puerta de la habitación.
John abrió la puerta y, automáticamente, Kurt desapareció.
- Martina, ¿estás bien? -dijo adentrándose en la habitación.
- Sí, no te preocupes. -dije aún mirando al frente.
- Estás muy pálida...
- Estoy bien John, es mi color de piel. No te preocupes, ¿puedes dejarme sola? Quiero dormir.
John asintió y salió de la habitación cerrando la puerta con delicadeza.
- No quiero que llores más por mí. -la voz rasgada de Kurt volvió a inundar la habitación.
- Calla -susurré- John puede oírte.
- Sólo tú puedes oírme Martina, y sólo tú puedes verme.
- ¿De verdad?
- De verdad.
- Entonces... ¿puedes hacerme un favor? A cambio haré lo que me pidas.
- Claro, dime.
- No desaparezcas nunca... -mis ojos se inundaron de lágrimas una vez más- Oh Kurt, ¿puedo abrazarte? Sé que detestabas a la gente como yo, pero te ruego que me entiendas. He estado llorándote toda mi vida porque sabía que jamás iba a poder conocerte y mírate... Estás enfrente de mí. Necesito abrazarte, por favor.
El no dijo nada. Simplemente hizo una mueca de lado a modo de sonrisa y me abrazó. Hundí la cara en su hombro y aspiré su aroma con todas mis fuerzas, quería recordar este momento de por vida, quería convencerme a mí misma de que estaba pasando de verdad y de que no estaba loca.
Las gotas empezaron a golpear el cristal de la prácticamente diminuta ventana que había en la habitación y la luz que entraba se hizo más oscura.
- Me encanta ese sonido.
Al escucharle decir eso me separé y quise mirarle a los ojos, que aún brillaban a pesar de la oscuridad que invadió la habitación.
- A mí también...
Él mantuvo la mirada fría en todo momento y su expresión era completamente seria. Me intimidaba.
- Duerme Martina, lo necesitas. -dijo empujándome con delicadeza de los hombros para recostarme de nuevo en la cama.
- No tengo sueño.
- Pero lo necesitas, hazme caso.
- Bueno... Pero no te vayas. -dije en un susurro.
- No me iré, te lo prometo.
En la cara de Kurt se dibujó una sonrisa verdaderamente adorable. Casi tanto o más que la que tiene en algunas fotos. Una vez recostada le dirigí una última mirada y le dediqué una de mis mejores sonrisas. Estaba segura de que me iba a ser imposible dormir, ya que tenía un montón de cosas y dudas danzando por mi cabeza, pero él tenía razón. Necesitaba descansar.
ESTÁS LEYENDO
Aneurysm
FanfictionA veces deseamos las cosas con demasiada fuerza. A veces lo que queremos conseguir sólo es accesible mediante algunas acciones. A veces esas acciones son perjudiciales. O tal vez son la mejor decisión que tomamos en nuestra vida. Pero no importa, si...