XL

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- No deberías fumar de esa mierda.

Su voz ronca hizo que me girase a la derecha y allí estaba, sentado a mi lado.

No sé si era por el clima que gobernaba Aberdeen, si era porque la lluvia se estaba reflejando o porque simplemente él era así, pero sus ojos brillaban. Brillaban mucho y eran de un azul más oscuro que el de costumbre.

Los mechones de pelo le caían delicadamente por la cara sin seguir un orden establecido.

Sonrió.

- Parece ser que es la única manera de verte...

Sus labios formaron una fina línea.

- Aún así Martina, no deberías fumar esto.

Me quitó el porro y lo puso entre sus labios.

- Lo dice quien va robando maria. -reí- ¿No tienes maría en el cielo?

- ¿El cielo? -ahora era él quien reía- El cielo no existe.

- Siempre he tenido curiosidad sobre ello.

- ¿Sobre el cielo?

- No. Bueno en parte sí. Quiero decir, siempre he tenido curiosidad por saber qué hay detrás de la muerte.

Kurt dio una larga calada inundando sus pulmones de humo y me pasó el peta.

- Si estás esperando una explicación por mi parte no podré dártela.

- ¿Por qué no? Quiero decir... tú... bueno ya sabes, se supone que no estás en mi mundo.-hice comillas con los dedos.

- Todo el mundo pone a la muerte de mala. Sea cual sea la causa, aunque te duela mucho algo, siempre vas a sentir una sensación de profunda relajación antes de morir. Por ejemplo, siempre se ha dicho que morir ahogado es una de las peores muertes que puedes experimentar, pero en realidad tampoco es tan malo, ya que el ahogamiento tiene dos fases: la primera es la agonía de intentar aguantar la respiración lo máximo que puedas, pero finalmente el agua termina entrando en los pulmones; la segunda es una sensación de profundo relax porque sabes que ya no hay nada que hacer y tu cerebro lo asimila, es como si te inyectasen una buena dosis de heroína. Te sientes en la gloria. Poco después el corazón deja de latir, la sangre no llega al cerebro y mueres.

Me limité a asentir mirándole a los ojos para que continuase hablando.

- Cuando mueres sabes que estás muerto, pero tu alma no sube al cielo ni desciende al infierno como la puta Iglesia siempre nos ha hecho creer. Simplemente lo sabes. Al principio es todo oscuridad y acojona un poco la verdad, pero después tampoco se está tan mal. Soledad absoluta sin nadie que te moleste alrededor. Silencio absoluto. Lo que pasa es que no recuerdas cómo has muerto. Te quedas con el aspecto con el que dejaste el mundo de los vivos, ya lo puedes observar tú misma. Tengo la apariencia de un Kurt de veintisiete años. Veintisiete eternamente. -hizo una pausa para cogerme el porro y dar otra larg calada- Otras personas que han muerto -el humo salía por su boca y conforme iba hablando su voz se hacía más ronca- me dijeron que si tu muerte es un misterio no podrás descansar completamente en paz hasta que no lo resuelvan o no te ayuden a resolverlo. Después de la muerte no hay dolor. Pero las almas atormentadas como la mía siguen padeciéndolo y es una puta mierda, créeme. Hasta que no se resuelva el misterio los dolores no cesarán, así que supongo que por eso te elegí a ti Martina, para que consigas que pueda descansar en paz de una puta vez.

AneurysmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora