Desperté cansada y con los pies adoloridos por culpa de los zapatos que usé para la fiesta de anoche. Volvimos al rededor de las cuatro quince de la mañana.
Me acosté pensando en el beso y acabo de despertar con el mismo pensamiento, más bien recuerdo.
No puedo quitarme de la cabeza ese momento. Y no lo entiendo. En verdad no entiendo por qué no puedo parar de pensar en ello.
Debería olvidar lo que ocurrió, pero no puedo. Me siento culpable al ver a Nico. Sé que Julian fue quien me besó, pero no cambia el hecho de que nos besamos y, además, yo no lo detuve. Todo lo contrario, respondí ante su acto y lo peor de todo es que me gustó y siento ganas de besarle de nuevo.
Nico se encuentra a mi lado, todavía dormido. Es sábado y me gustaría quedarme un rato más en la cama, pero Jenny vendrá a desayunar. Son alrededor de las ocho treinta y sí, lo sé, es temprano para levantarse un sábado, pero con mi mejor amiga, aparte de desayunar, debemos estudiar los temas que están dando en la universidad. Las clases empezaron este lunes, pero arrancaron con todo y con Jenn, repasaremos los temas.
Somos muy responsables.
Agarro mi celular, el cual se encuentra en mi mesa de luz y lo desbloqueo. Tengo siete llamadas perdidas de mi mejor amiga, varios mensajes de ella y dos mensajes de Julian.
Comencé a ponerme algo nerviosa al leerlos.
Mejor amiga: Llámame ahora mismo. 07:35 am.
¡Llámame urgente! 07:55 am.
¡Despiértate, idiota! Ha pasado algo. 08:03 am.
Es sobre ti y Julian. 08:11 am.
¡Amigaaaa! Despiértate de una vez. 08:12 am.
Ori: ¡Me estás asustando! Dime que sucede ahora mismo. 08:33 am.
Mejor amiga: ¡Llámame! 08:34 am.
Abro los mensajes de mi viejo amigo para poder leerlos.
Julian: Lo siento. Yo no tuve nada que ver. 07:57 am.
Acabo de enterarme por mi representante. 07:57 am.
No contesto el mensaje de Julian, porque de inmediato tengo que llamar a mi mejor amiga. Estoy asustada. Julian y Jenny me están asustando mucho con sus mensajes.
Quiero saber qué diablos ha pasado.
Salgo de mi habitación y me dirijo hacia la cocina. Marco el número de mi mejor amiga y ella contesta en el primer timbre.
-¡No sabes lo que pasó! -dice algo desesperada. Para que ella se ponga de esa manera, algo debió pasar. Algo bastante malo.
-¿Qué sucedió?
-¿Recuerdas que anoche me contaste sobre lo que pasó con Julian en su habitación? -pregunta.
-Sí, ¿Por qué? ¿Qué está pasando? ¡Me estás asustando, idiota!
-Velo tú misma.
-¿De qué hablas? -pregunto confundida.
-Enciende la televisión.
-¿La televisión?
-Canal ocho. -dice.
-Pero ¿Para qué? -pregunto al no entender qué mierda es lo que está sucediendo. Siento un pequeño dolor en el estomago por los nervios que estoy teniendo en este mismo momento. Camino de un lado a otro. -Dime que esta su... -soy interrumpida.
-¡DEJA DE PREGUNTAR Y ENCIENDE YA MISMO LA TELEVISIÓN! -grita. -Me desesperas, mujer.
Higo caso a mi mejor amiga. Busco el canal ocho.
