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Jenny:

—¿Qué haces, imbécil?

—Esa no es forma de hablarle a tu hermano mayor, Ori.

Elevo mis cejas y le observo de arriba abajo.

Qué guapo se ha puesto Agustin. Mucho más de lo que antes estaba.

Pero, ¿en qué estoy pensando? No debería de mirar a otros chico, tengo novio. Además, es el hermano de mi mejor amiga.

—¡Aguss! —exclama Ori. Rodea a su hermano con sus brazos.

Luego de un abrazo de al menos unos cinco minutos con su hermana, él besa mi mejilla y me da un corto abrazo.

—¡Qué bueno verte, Agus! —sonrío—. Llegas tarde—. susurro en su oído.

—Oye, ¿cuándo has llegado? —pregunta mi amiga.

—Hace un par de horas.

—¿Cómo supiste que estaba aquí? —su hermana le observa mientras mantiene una sonrisa en su rostro.

Bueno... tenemos una sorpresa preparada para Oriana. Dentro de dos semanas es su cumpleaños. Hace un par de días hablé con su hermano para preparar todo para sus veinticinco años.

Con Peter, Agus y el novio de mi mejor amiga, lo estamos planeado todo. Nico nos ha dicho que tiene una sorpresa para Ori y que por lo cual,  necesita que en la noche de la fiesta, todo salga perfecto.

Le había pedido a Nico que me contara cuál es la sorpresa, pero siempre se niega a decirme. Me carcome la intriga.

Su hermano no es el mejor mintiendo y guardando secretos, así que espero que no meta la pata. Me refiero a que se ha quedado mudo. No sabe qué contestar a la pregunta de su hermana. Admito que tengo la culpa por no haber inventado una excusa para que Agus contestara en caso de que su hermana menor le preguntara cómo es que sabía que estábamos en el centro comercial. ¿Cómo no pensé en eso?

El novio de mi amiga me había pedido que distrajera a su novia para que él pudiera recoger la sorpresa de Ori y poder esconderla en un lugar seguro. La idea era traer a Oriana al centro comercial sólo para distraerla. Eso era lo que habíamos acordado con los chicos.

Al llegar al centro, le había enviado un mensaje a Agus, para que viniera a ayudarme con la distracción y así Nico podría tener más tiempo.

—Lo que pasa es que... —se queda en silencio por unos segundos, los cuales parecen una eternidad—. Quería obsequiarte algo —dice él.

«Al fin inventas algo, tonto.»

Ori parece creerle.

«Muy bien, Agus. Has dicho una mentira creíble.»

(...)

Estoy en el auto con mi novio. Iremos a cenar al departamento de mi mejor amiga.

Ambos bajamos del auto y nos adentramos en el edificio. Como me dan miedo los ascensores, siempre tomo las escaleras.

Luego de subir al cuarto piso, caminamos por el pasillo hasta llegar a la puerta correcta.

Golpeo la puerta y Nico nos recibe al instante. Con mi novio saludamos a Agus y a Nico.

—¿Tu novia? —le pregunto.

—Está en su habitación —Asiento y recorro el pasillo hasta llegar a la puerta del cuarto.

Golpeo dos veces y abro la puerta.

—Hola, famosita —beso su mejilla y me siento a su lado—. ¿Con quién estás chateando? —observo la pantalla de su celular.

—Con Juli. Lo hemos invitado a cenar.

—Parece que a tu novio le cae bastante bien Julian.

—Si, lo sé —deja el teléfono a un costado de la cama.

Ella suelta un suspiro.

—Me siento algo culpable por haber besado a Julian. Te juro que intento no pensar en eso, pero no puedo.

—¿Culpable de qué? —elevo mis cejas—. Tú no lo besaste, fue él.

—Pero es como te dije anoche; no lo detuve —vuelve a suspirar—. Tú eres como mi diario intimo humano, Jenn, así que debo contarte algo que me está pasando desde que volví a ver Julian.

—Dime.

—No paro de pensar en él. Cada vez que recuerdo ese beso siento tantas ganas de volver a sentir sus labios. Siento tantas ganas de volver a ese momento y poder disfrutarlo una vez más. No entiendo qué me está pasando, sólo sé que estoy confundida y que no puedo dejar de pensar en Julian —niega mientras me observa.

—No sé qué decirte, Oriana. Pero, creo que deberías darle tiempo al tiempo, porque así quizás puedas averiguar qué es lo que sientes.

—Él dice que yo le gusto. Y eso que nos hemos vuelto a ver hace muy poco, Jenn. ¿Cómo es que Julian está seguro de lo que siente?

—Porque él está solo, al contrario de ti. Tú estás con Nico. Por eso te sientes confundida y no sabes lo que sientes. Yo creo que... —el sonido de la puerta nos interrumpe.

—Chicas, Julian ha llegado y la cena ya está lista —nos avisa Nico.

—Vamos, Jenn —nos levantamos de la cama y caminamos hacia el comedor.

La cena está increíble. La estamos pasando bien.

En el trayecto del viaje he estado prestando atención a las miradas y sonrisas que Julian y Oriana intercambian entre ellos. Está claro que algo está pasando entre ambos.

La forma en que se miran es tan obvia. Hablan con las miradas .

Es como dice el dicho..."Bocas que callan, ojos que lo dice todo"

Mas Que AmigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora