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Me encuentro en la cafetería Wells con mi mejor amiga. Ya hicimos nuestros pedidos y estamos esperando a que lo traigan.

Cuando le comenté a Jenny sobre  el mensaje que me llegó, su opinión fue que sólo habría sido una broma o que quizás el mensaje no era para mí. Puede que ella esté en lo cierto, aunque, lo extraño es que en el texto -sea quién sea el emisor- preguntaba, "¿Te has visto en televisión?" lo cual es extraño después de los rumores de mi supuesto romance con Julian.

Pero, quizás todo sea una coincidencia o posiblemente una broma de mal gusto. Igual no le daré importancia. Tengo cosas mucho más importantes en las qué pensar y no voy a andar preocupándome por un absurdo mensaje de texto.

La camarera llega con nuestro pedido. Coloca las tazas de café y el plato con galletitas sobre la mesa. Con Jenn le agradecemos.

—¡Enciende la televisión! —grita una mujer. Supongo debe ser la encargada del lugar.  

La chica que nos atendió, obedece y camina hacia el televisor.

Y como si mi mala suerte fuera poca, cuando la camarera encendie la televisión, se puede observar en la pantalla, que están hablando sobre Julian y sobre mí, en un programa de telrvisión.

La empleada, al ver las noticias sobre mi "supuesto romance" se da la vuelta y se me queda mirando fijamente.

«¿Acaso no sabe disimular?»

Le regalo una mala mirada y ella vuelve a su trabajo. 

—Siguen hablando sobre mí —Jenn se da la vuelta y mira la pantalla del televisor.

—Mira el lado bueno... —le miro con las cejas elevadas. ¿Cómo es que esto puede tener un lado bueno? —Eres famosa —voltea a verme. 

Ruedo los ojos.

—No me interesa ser famosa. Seguro que todos deben odiarme —llevo la taza de café a mi boca.

—Que no te importe lo que piensen los demás. 

—No es que me importe, pero es horrible estar una situación como esta.

—Ya sé —dice—. Te entiendo, amiga. Bueno, en realidad no te comprendo porque no ha pasado nunca lo que está pasando a ti. Por suerte. 

—No me estás ayudando, ¿sabes? —me apresuro a decirle.

—Perdón —me sonríe—. Si le restas importancia a la situación, todo pasará rápido. Ya verás.

Jenny comienza a hablarme sobre la universidad para intentar distraerme, y siendo sincera, lo estaba logrando hasta que un idiota se nos acercó. 

—¡Hey! —levanto la vista—. Tú eres la chica de la televisión. 

—No, no soy —niego enseguida.

—Sí, sí eres —alza la voz.

—Te está diciendo que no, idiota. —se mete Jenn.

Todos a nuestro alrededor comienzan a ver en nuestra dirección. Puedo jurar que escuché mi nombre más de una maldita vez.

— Nos están mirando todos —le comento a Jenn.

—¿Qué miran? —grita. Comienza a ver a nuestro alrededor. Saca dinero de su bolso, lo deja en la mesa y se levanta bruscamente—. ¡No se puede desayunar tranquila! —me mira—. ¡Nos vamos! 

Mi mejor amiga empuja al chico que se acercó a nuestra mesa a molestar y camina hacia la salida. Le sigo. 

Detengo mi paso al ver que ella se detiene. Se voltea para ver a las personas que nos están mirando fijamente, para enseñarles su dedo corazón.

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