Capítulo 6: Documetal de hormigas

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Los dos se fueron a la sala a conversar mientras el resto se quedó en el comedor. Él estaba tan callado como de costumbre. De hecho, hasta parecía enojado. Seguramente estaba ahí a la fuerza. Le dio lástima y se cierta forma se sintió identificada: ella también lo estaba.

—Me gustó la cena—dijo ella sentándose en el sofá. Era mucho menos pequeño que el suyo.

Andrew hizo lo mismo. Tomó el control de la televisión antes de agradecerle el cumplido.

—¿Qué programas te gustan?—preguntó ella mientras cambiaba los canales.

—Lo que sea está bien—afirmó—.Los programas de asesinatos, por ejemplo.

—¿Ves programas de asesinatos?

—Lo haría si me dejaran.

Ja y ja, Andrew. Me das mucha risa.

Intentó no rodar los ojos. Solo tenía que ser amable, ser amable y ya. No tenían que ser amigos. Ella no necesitaba ser su amiga. Le estaba haciendo un favor a él.

—A mí me gustan las caricaturas. ¿Has escuchado de Candy-Candy? La veo con mi hermana. Es de una niña huérfana que...

—Sé de qué programa me hablas—interrumpió groseramente. Detuvo el pase de canales en un documental de hormigas.

Esta vez no ocultó su irritación. Bajó los hombros y soltó un bufido. Andrew la volteó a ver, pero no dijo nada ni le preguntó si quería que le cambiara (como cualquier anfitrión medianamente decente haría). Se levantó, dispuesta a regresar con los adultos, hasta que sintió la mirada penetrante de su madre sobre ella. Se la devolvió con menos intensidad.

Haz lo que debes de hacer decía su madre internamente. Javiva regresó a sentarse al sillón a regañadientes. El chico volteó unos segundos, seguro sin creerse que hubiera regresado.

Ahora entendía por qué Andrew no tenía amigos: era la clase de personas que ponía documentales de hormigas.


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