Risas.

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Narra Frankie:

Una tarde de Viernes, a finales de Noviembre, con Sherlock nos desocupamos temprano de nuestros respectivos trabajos y él me llamó por teléfono para que fuesemos a cenar a "Fish&Chips" a las 19:30hrs.

Llegué a casa apurada a las 19:15hrs(a veces mi puntualidad falla), me cambié de ropa a una falda, una blusa y tacones. Me coloqué un poco de labial, tomé mi cartera y pedí un taxi.

A las 19:30hrs justas me bajé del taxi a fueras del local. Corrí mi cabello hacia un lado y entré.
Ahí estaba él, tan lindo como siempre, sentado y ensimismado en su teléfono. No se dio cuenta cuándo estuve a su lado, por lo que se sobresaltó cuando le besé la mejilla de forma repentina. Luego, me sonrió, se paró, corrió un poco la silla de alfrente de él, me senté y él volvió a sentarse.

-¿Cómo estás? -decía feliz, sin dejar de observarme.- Te ves muy bien.

-Bien, feliz. -reí- ¿Y, tú?

-Contigo siempre estoy bien. -me sonrió de lado.

Pedimos la comida y el vino al camarero y conversamos tranquilamente sobre qué tal había estado la semana, los trabajos, la gente. Le pregunté por Molly y Lestrade que había conocido ya hace un tiempo y eran personas realmente agradables. Eso sí Molly era un poco extraña, se notaba a leguas que le gustaba Sherlock. Sin embargo, no quise odiarla.
Luego, Sherlock tomó aire y soltó:

-¿Quieres ser mi novia? -se mordió el labio- Sé que ha pasado una cantidad considerable de tiempo, pero, no importa... ¿Creo? -esperaba que respondiera.

-Mm... Déjame pensar... -puse rostro pensativo y lo miré de reojo. Estaba expectante- No lo sé... -le sonreí cuando puso expresión preocupada- Está bien, me encantaría.

-Me asustaste... -me reprochó triste.

-Sabías que iba a aceptar, para qué haces tanto show. -reí.

-En realidad, sí. Sólo quería ser dramático. -rió junto a mí.

Cuando terminamos ya eran las 21:00hrs, salimos y fuimos a dar un paseo.
Fuimos a un cercano puente y observamos juntos el río con el poco de luz artificial que había allí.
Tomó mi mano y se sobresaltó un poco. Luego tocó mi rostro.

-Hey, tienes frío. -dijo preocupado- Por qué no me dijiste antes...

Se sacó su abrigo, me lo colocó encima y luego me abrazó con un sólo brazo.

-Lo siento, salí rápido de casa... -me justifiqué.

-Lo sé, he observado que no sueles ser muy puntual. -dijo entre risitas- Impuntual y todo, te quiero igual. -apoyó su cabeza sobre la mía.

-Eres tan lindo. -acaricié su mejilla y me dio un beso.

-Lo sé. -dijo arrogante- ¿Qué tal si caminamos un poco más?

-Claro. -le respondí.

Caminamos bajo la oscuridad, abrazados y de repente Sherlock dijo:

-¿Frankie, puedo hacerte una pregunta?

-Sí, por supuesto. -dije curiosa.

-Lo que pasa es que Mycroft quiere conocerte... -hizo una pausa- Quiere saber quién es la chica que me está cambiando tanto y para bien(como dice mi hermano) -blanqueó los ojos- Si no quieres lo entenderé. ¿Quién querría conocerlo?

-¡Claro que quiero! -le dije emocionada.

-Bien. -suspiró- Entonces mañana cenaremos en casa a las 21:00hrs junto a él y obviamente junto a John.

-¿Por qué no estás contento? -le pregunté intrigada.

-Es sólo que... No nos llevamos muy bien.

-Quiero conocer a tu hermano... -le reproché- ¿Sí?

-Sip. -tomó su teléfono y creo que le envió un mensaje a Mycroft.

-¿Puedo cocinar? -le pregunté.

-¿¡Sabes cocinar!? -dijo impactado.

-Sí... -le miré extrañada- ¿Puedo?

-No lo sabía, no me habías dicho. -me miró tiernamente- Claro que puedes. -besó mi mejilla.

Al otro día como a las 16:00hrs fuimos al supermercado a comprar con John y Sherlock.
Sherlock fue por sus amadas galletas de jengibre, que si no teníamos en casa y quería comerlas se volvía loco.
Mientras, nosotros con John fuimos por carne, verduras y algunas cosas para el postre. Ahí aproveché de preguntarle a John:

-¿John? ¿Por qué Sherlock y Mycroft no se llevan bien?

-Ah... Lo que pasa es que siempre discuten por quién es el que hace mejores deducciones, el más inteligente, etc... También hay conflictos porque Mycroft cuida de él a sus espaldas, porque realmente le importa. Pero, tú sabes, Sherlock es demasiado infantil y no soporta ese tipo de cosas. Vieras cómo es con sus padres también. -reía meneando la cabeza hacia los lados.

-Entiendo... Pero, ¿Se preocupa excesivamente por qué?

-Creo que no lo sabes, pero, Sherlock a veces llega a tales extremos de drogarse si es necesario por algún caso. Entonces, Mycroft le pide una lista de lo que consumió y tengo que obligar a Sherlock para que lo haga. Lo bueno es que, ya no lo hace, porque al parecer tú eres su nueva droga. -reía a carcajadas, a lo que yo seguí. Me alegraba de que ya no lo hiciese.

-¿De qué se ríen? -dijo Sherlock entrecerrando los ojos cuando llegó.

-¡De nada! -dijimos a la vez con John, aún sin parar de reír.

-Mm... Sí claro... -se enfadó y partió adelante, hacia una caja.

-Cómo se enoja por eso. -reí.

-Te lo dije, es un NIÑO.

Fuimos a la caja, pagamos y nos fuimos. Sherlock no nos habló durante todo el camino.

Cociné lomo y verduras fritas para la cena y para el postre un pie de limón.
Terminé a las 21:00hrs(por suerte) y fue a la misma hora en que sonó la puerta de abajo.
John fue a abrir y subió con un hombre de traje que se veía muy serio. Sherlock fue el primero en saludarlo, se dieron la mano y pude ver los rayos que emanaban sus ojos cuando.

-Mycroft. -dijo Sherlock apretando su mano.

-Sherlock. -dijo Mycroft apretando más fuerte su mano aún.

Luego Sherlock aclaró su garganta y le dijo:

-Esta es mi novia, Frankie Hamilton. No la conocías consciente. -hizo una mueca divertida.

Mycroft me miró de pies a cabeza y  me observó detenidamente a los ojos. Estaba serio.

-Un gusto. -me sonrió de buena forma.

Miré de reojo a Sherlock y este estaba sorprendido por la sincera sonrisa de su hermano.

-¡Un gusto! -le dije sonriendo- Quería conocer al hermano de este gruñon.

-Y yo a ti. Quería conocer a quién está regulando el demonio que trae dentro de sí. -le dedicó una sonrisa forzada a Sherlock.

Nos sentamos a cenar, hablamos de nuestro día a día, un poco del pasado, los hermanitos discutieron tal como me lo predijo John y yo solo reía. Eran un chiste peleando.

-Está realmente bueno. ¿Quién cocinó? -dijo Mycroft intrigado.

-Yo. -le sonreí.

-O eras tú, o era John... Porque que fuese Sherlock, ni modo. Es un flojo. Deberías enseñarle.

-¡Hey! ¡Qué sabes tú! -dijo Sherlock amurrado.

-Yo, lo sé todo. Si hay veces que no comes ni cuando alguien te prepara la comida, ¿Por qué la prepararías tú? Cero posibilidad. -bufó Mycroft.

-¡Claro que sé cocinar! Yo cocino... Cocino... -quedó en blanco. Touché, nada. Todos reímos ante eso.

Fue de esas noches que parecía tener un ambiente familiar. Fue muy divertido. Pude saber más de Sherlock y conocer a Mycroft, quién me agradó bastante.

*Saluditos*

Hearts Away. [Sherlock Holmes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora