Capítulo 5: Juste un peu ennuyeux

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Acotación: Éste capítulo no ha sido corregido.

Capítulo 5: Juste un peu ennuyeux

El bebé tomó consistencia en sus brazos por un segundo; era real, tan real como su respiración ligera, era real el hecho de que estuviera allí, junto a Lily sosteniendo a un bebé en sus brazos, lamentablemente el niño era hijo de James Potter. Pero el simple hecho de que fuera hijo de Lily podía remover ese hecho con tanta facilidad que le parecía casi irónico, el pequeño Adrian suspiro y se aferro a su túnica negra, antes de bostezar y mirarlo con esos ojos marrones tan parecidos a los de Potter, pero ese leve destello brillante como un rayo de sol que se reflejaba siempre en los ojos de su amiga refulgió en los contornos del marrón profundo.

— ¿Si serás el padrino, Sev?—la voz de Lily interrumpió en exabrupto su observación, el hombre levanto la mirada del recién nacido y miro hacia la mujer de largos cabellos pelirrojos lamiendo su rostro pálido y atractivo, sentada en esa cama tan encantadora como siempre con sus hoyuelos tierno y los ojos imposiblemente verdes.

—Tu esposo... —empezó Severus, dispuesto a dar una diatriba en el cual recitaba todos los contras de ser el padrino del hijo de James Potter. Pero Lily paro sus palabras con una sonrisa encantadora, el discurso que no se había dado el día del nacimiento de Adrian se daría ese día allí, en el hospital.

—Supuse que dirías eso—suspiró ella, una sonrisa burlesca pareció estirarse en la comisura de su labio. Le miro con alegría en el rostro, casi introduciéndolo en el gozo de la nueva noticia antes de ser anunciada—James a aceptado—chillo ella, irguiéndose de manera adorable cuando pestañeo con sus ojos hacia arriba. Parecía una niña emocionada. Severus reprimió el impulso de abrir la boca como un pez, en su lugar soltó un gemido ahogado—Al parecer el que hubieses ayudado a Adrian y a mi le hizo cambiar de opinión. Dorea es a veces una gran.... —oh, ¡Busca la palabra Lily! ¿Cómo hacerlo sonar agradecido y al mismo tiempo no insultarla por pedante?—suegra—la mueca de su labio fue graciosa, aun así Severus no le prestó atención, estaba más centrado en el hecho de que Potter, el irrisible Potter que para nada aceptaría algo proveniente de él, había aceptado que fuera el padrino de su segundo hijo.

— ¿Potter acepto?—Susurró el Slytherin sin aire, su rostro aun estaba serio pero la pelirroja podía ver la impresión resaltado los ojos negros. Lily rodo los suyos.

—Aunque no lo creas James tiene algo de corazón y cerebro muy dentro suyo.

— ¡Merlin!—exclamó Severus, su mano descanso en la frente en un gesto consternado— ¡Los tenía muy bien escondidos!—Lily solo pudo reír, atrapando a Adrian de los brazos de su padrino. Ambos enviaron una discreta sonrisa al otro con un guiño juguetón.

—El bautizo es en enero, procura asistir.

—No me lo perdería, seré el padrino.

-AprenderAVivir-

Las siguientes semanas fueron pesadas, Lily aun estaba en cuidados intensivos cuando al fin dieron la orden de alta, la familia había estado feliz por ello, porque al fin podrían disfrutar de Adrian sin enfermeras a tiempo completo examinando al niño que había recibido todo examen existente en el mundo mágico, Lily se había sorprendido al recibir incluso los exámenes de Gignere en su regazo, cada poción contra enfermedades mágicas y no mágicas resaltándose en cada informe médico que, sinceramente, no entendió en su mayoría.

Harry estaba feliz de que al fin se irían de San Mungo, el niño había estado hablado de eso con Sirius cada vez que este aparecía en la sala de espera y aun más con Remus que parecía feliz los últimos días, casi como si el sol resplandecía de su sonrisa, Harry había notado con el ceño fruncido que el licántropo parecía aun más feliz aquellos días en que Narcissa Malfoy iba a visitar con el desagradable niño que tenia por hijo. El día de marcharse fue ajetreado, la habitación que se había dispuesto para la familia estaba llena de todas sus pertenencias traídos alrededor de la estancia y hechizos organizadores hechos por parte de Dorea hacían que prendas de ropa se doblaran y cayeran solas sobre las maletas, miles objetos volado a través de las habitaciones para ahorrar un poco de tiempo. Aunque en realidad la habitación era un reverendo caos cada vez que una camisa sucia cruzaba la habitación para chocar contra los productos de higiene flotantes.

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