XVIII - Madre

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5 días después de que los padres de Marina se fueran de viaje, ella y yo nos empezábamos a preguntar cómo nos desharíamos de Anthony para lograr ir a Miami y ver a mis hermanos y a mi madre.

- Lo sorprendente de todo es que hasta ahora no se haya preguntado nada, o directamente no preguntarnos nada.

- Pues con más razón debemos irnos ya, es tu amigo, así que podemos convencerlo de alguna forma, a demás, seré su jefa en menos de 4 meses.

- Las cosas no son tan fáciles Marina, yo lo conocí en circunstancias totalmente diferentes. No creo que acepte.

- Pero no perdemos nada en intentarlo, ¿o sí?, empaquemos las cosas, acabamos e iremos a hablar con él, ¿te parece?

- Está bien, ya regreso.

Cuando entré a mi cuarto lo primero que hice fue sorprenderme al ver la silueta de Marie sentada sobre mi coma mirando por la ventana.

- ¿Dónde irán?

- ¿Perdón?

- ¿Que, dónde irán la señorita Marina y usted?

- ¿Ahora escuchas conversaciones ajenas? - Aunque siempre lo hacía.

- Mira, sea cual sea su relación personal con la señorita, no me interesa, pero el hecho de que te lleves bien con la hija de tus jefes, no te da el derecho de convertirte en tu propia jefa.

- A ti tampoco.

Antes de que Marie pudiera responderme algo Marina entró teniendo la misma reacción que yo tuve al ver a Marie, se detuvo y habló.

- ¿Interrumpía algo?

- No señorita, solo le indicaba a Elizabeth que para esta semana que viene tendremos mucho trabajo por hacer. Me retiro. - Salió y cerró la puerta atrás de nosotras.

- ¿Sabes que miente cierto?

- Lo suponía, ahora no solo será Anthony como obstáculo, sino también ella.

- Deberiamos ir a hablar con él hoy mismo. ¿Empacaste ya?, yo aún estoy en eso. - Marina se sentó en mi cama y yo empecé a sacar la poca ropa que tenía de mis cajones para ponerla sobre mi cama.

- ¿Puedo acerte una pregunta? - En seguida sabía que no sería cualquier pregunta, así que no podía hacer que sea una conversación muy seria o acabaríamos peleadas, así que solo seguí sacando la ropa y respondí.

- Las que quieras.

- ¿Por qué tuviste la reacción que tuviste el día que llegó Anthony?

Y aunque me costó acordarme de lo que había pasado ese día, recordé como me habá sentido.

Traicionada.

La misma semana la cuál nos encontramos con Anthony en la calle, me había escrito para ver si podiamos encontrarnos. No sentía la misma confianza que tenía con él desde la última vez que nos habíamos visto, ya hace casi 3 años, así que tampoco quería encontrarme con él así porque sí, por lo que rechacé su invitación.

Días después no volví a saber nada de él hasta que un día que Marina no se encontraba en la casa, el señor Diamandis llegó con él y con otros señores a los que no reconocía, e inmediatamente al verme quiso acercarse a hablarme, pero su trabajo con los demás empresarios no lo permitió. Antes de que todos abandonaran la casa logró escabullirse del resto de sujetos y se me acercó.

- ¿Qué haces aquí?

- Lo mismo quiero saber yo Anthony, ¿qué haces aquí?

- Pues si te diste cuenta, trabajo con el señor Diamandis, ¿y tú?

My DepressionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora