20.-Luego podremos pasar a lo malo

464 100 42
                                    

Desperté con una extraña paz en mi pecho. Parecía que la llama que me perturbaba se hubiera calmado para darme un inexplicable placer como recompensa.
Mire la hora en mi teléfono y me levante con un animo completamente diferente, haciendo que mi rutina matutina fuera mas rápida y eficaz.

Camine hacia el instituto con un extraño deseo de ver a Alma más que nunca. Quería admirar su presencia a mi lado y evitar que se sintiera mal al ver a Julián, o simplemente evitar que lo viera. Desde lo que pasó el día de ayer tengo una extraña necesidad de prevenir una expresión triste en su rostro, o que haya alguna lagrima en sus ojos. Y aunque se que ese no es en absoluto mi trabajo, mi cuerpo y mente parecían trabajar por si solos.

Al atravesar el arco del instituto vi como la gente comenzaba a susurrarse cosas mientras pasaba frente a ellos. Era algo normal para mí entre chicas pero ahora creo que se volvió una costumbre unisex. Salude a la gente que conocía y me hacían extraños comentarios sobre el "escándalo" que provocó una de mis conquistas a la salida del instituto en el cual me vi envuelto y lo único que me atrevía a decir es que Julian era un imbécil, pero nunca aclare que Alma no era una de mis conquistas sino que era mi amiga, aunque quisiera que fuera al revés.

Camine hacia el salón con un paso apurado para poder ver ahí a la reina de mis desgracias, sentada junto a Victoria sonriendo como si todo lo que paso ayer no hubiera pasado. Me acerque a ellas con un paso decidido a pesar de que mi corazón estuviera algo altera por verla de nuevo con una sonrisa alegre y las salude como lo hago normalmente, pero esta vez el abrazo de Alma fue un poco mas apretado y duradero, como si quisiera agradecerme por todo silenciosamente.

—Por eso los comentarios del instituto están que arden—sonrió Victoria haciendo que Alma me soltara.

—Los comentarios también dicen que no eres rubia natural — le sonreí mientras ponía mi bolo junto a Will— Pero no creo que haya que hacerles caso.

— No le digas esas cosas — Will me miro enojado — después se pone triste de verdad.

—Ella fue la que comenzó todo — me senté junto a el en tanto lo saludaba de un agradable apretón de manos.

Las chicas se dieron vuelta en sus asientos para hablar sobre cosas cotidianas antes de que comenzara la clase. Sin embargo antes de que Victoria dijera la primera palabra Larry entro haciendo un gran escándalo al salón .

—Alma — dijo en un tono algo haciendo que todo el salón se quedara en silencio inmediatamente— tienes que ir a la dirección enseguida.

Alma miro hacia donde estaba Larry y todos los murmullos se empezaron a escuchar inmediatamente. Larry dejo sus cosas encima del escritorio en tanto Alma dio una ultima mirada a nosotros y se levanto con los ojos cerrados casi sabiendo cual era su destino al cruzar esa puerta.

—Si yo fuera usted me llevaría todas sus cosas a la dirección — rio mientras se sentaba en su silla giratoria sacando una barra de chocolate.

— Y si yo fuera usted no me comería tantos dulces a no ser que quiera diabetes— comenzó a ordenar su bolso casi con enojo.

Will y yo no pudimos aguantarnos la carcajadas a esa respuesta que dejo a todo el salón perplejo, incluso a Victoria.

— Señorita Alma —Larry se levanto furioso de su silla— No voy a tolerar esas faltas de...

—Respeto — Interrumpió Alma terminando su frase —Quizás ya no lo tenga que tolerar mas —le sonrió sarcásticamente en tanto salia por la puerta del salón dando un pequeño portazo.

Inmediatamente después del portazo el silencio que reinaba en el salón volvieron a ser murmuros. Larry se sentó algo indignado mientras seguía comiendo su barra de chocolate y Victoria termino de darse vuelta en su asiendo para mirarnos algo perpleja por la situación que acababa de pasar.

ALMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora