24.- ¿Leiste mis mensajes?

237 42 10
                                    

Caminaba como un zombie hipnotizado por el aroma que dejaba Ayleen a su paso mientras me guiaba a su residencia. Miraba su cabello moverse caminando en frente de mi y recordé cuando tenia el cabello corto, me parecía lindo pero así su rostro se lucia mejor y todos en la calle parecen notarlo. Mire alrededor y me di cuenta que el paisaje es bastante distinto a la ultima vez que pase por aquí, habían casas mas grandes y mas áreas verdes para que los niños se recrearan. 

—Ya estamos por llegar— sonó la voz de Ayleen algo mas animada de lo normal.

Comencé a desacelerar el paso al ver que su casa estaba a unos metros, pero ella no se detuvo allí y siguió caminando ignorándola. La seguí en tanto miraba la casa algo extrañado, ya que estaba seguro de que fue en esa casa donde pase varios meses de mi vida adentro, pero no tenia ganas de preguntarle algo a Ayleen.

—Hemos llegado— se giro mirándome con una sonrisa 

La casa en la que se detuvo era mas grande de la que tenia anteriormente, y era de un brillante color blanco. Ayleen me quedo mirando casi pidiendo con los ojos que le preguntara porque estábamos en una casa que no era a la que anteriormente iba, pero mi boca no se abrió para decir nada y solo asentí nuevamente evitando su mirada.

—¿Me insultaste en mi cara y ahora no tienes nada que decir? — rió en tanto se acerco para quedar frente mio.

De nuevo su aroma me llego como un golpe en el rostro y me estremecí de solo sentirlo. Di un paso atrás antes de hacer alguna una estupidez mas grande que haber seguido a Ayleen hasta acá y respire hondo tratando de tranquilizarme.

—¿Por que me tienes tanto miedo?

—No te tengo miedo — respondí serio

—Realmente no lo parece — saco sus llaves y abrió la puerta principal invitándome a pasar.

A pesar de que la casa era distinta y mas grande, el ambiente de esta no parecía cambiar a su antigua residencia. La sala de estar estaba en la misma posición , aunque habían muebles nuevos , y habían varias fotos nuevas de Ayleen y su familia repartidas por el lugar.

—No varia de la vieja casa que conocías — rió en tanto cerraba la puerta.

El ruido de la cerradura fue casi como un clic en mi cabeza diciéndome que ya no había vuelta atrás. Había entrado a su casa, la seguí pero eso no es tan terrible como entrar a su casa con la puerta cerrada y que posible no hubiera nadie dentro.

—¿Quieres algo para beber? — dejo su bolso en uno de los sillones y camino hacia la cocina sin esperar una respuesta.

—No — respondí casi en un susurro.

Estaba arrepentido de llegar aquí, de haberle mentido a Alma en su cara para obtener algo a cambio pero se que siento algo mas por ella que solo un atractivo sexual. Sin embargo si siento cosas por ella porque demonios estoy aquí junto Ayleen, que hago en esta situación a pesar de que hace una hora se peleo con Victoria en mi cara y lo único que hice fue parecer defenderla.

Ella apareció nuevamente en la sala de estar y agarro mi mano delicadamente sin esperar una respuesta de mi parte. Comenzó a caminar y a guiarme hacia las escaleras que estaban en el fondo de un pasillo, casi como si estuviera caminando hacia mi ruina y ella fuera la guia en eso. Subí sin ninguna oposición y cuando abrió la puerta de su habitación fue como vivir un dejavu.

—Estas bastante tímido ¿Que demonios te pasa? 

—Yo no debería estar aquí — respondí serio soltando su mano.

—Yo no te obligue a venir —se sentó en su cama y comenzó a sacarse los zapatos.

— Lo se pero...

ALMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora