Por alguna razón desde siempre he sido el encargado de llevar a RenJun hasta su casa al salir de clases. De camino a su casa quedaba una pequeño café y casi siempre él hacía que le comprara dulces.
Tampoco es como si fuera difícil, solo tenía que abultar sus delgados labios y decir las palabras mágicas.
–Jeno-ah , por favor..
Minutos más tarde siempre terminaba comiéndose las galletas que yo le compraba, de vez en cuando recostaba su cabeza de mi hombro y enredaba sus brazos con los míos.
–¿Por qué sigo comprándote cosas?.
–Porque eso hacen los mejores amigos.
Porque si, eso era para RenJun, su mejor amigo.