RenJun estuvo extraño toda esa semana, casi ni me dirigía la palabra y no estaba pegado a mi como un chicle suplicándome que le comprara algún postre. El estaba molesto y no sabia la razón.
No me gustaba que estuviera así conmigo, así que decidí gastar los pequeños ahorros que tenia para comprarle algo.
–Renjun. ¿Estas molestos por algo?. –Le pregunte–
–Mmh , no. –Fue lo único que dijo–
–Es una lastima, pensé que lo estabas. ¿Ahora que hare con esta nutella y el paquete de oreos que te compre?.
El volteo a verme sorprendido, sus labios se curvaron hacia arriba dándome aquella hermosa sonrisa que amaba.
–¡Eres un idiota Jeno-ah!
Y prácticamente se me tiro encima dándome muchos besos en las mejillas.