Jaemin estuvo aquella noche pegado de mí, conocí una faceta nueva de Nana, una faceta muy pegajosa y dulce; como la goma de mascar que solía masticar RenJun.
Claro que horas después Jaemin tuvo que explicarme.
–Le estamos intentando dar celos a tu chinito, Jeno. A veces me pregunto si realmente tienes un cerebro.
–¿Celos?. Sabes que RenJun solo me ve como un amigo.
–Sí, definitivamente no tienes cerebro.
Me molestaba que Jaemin siempre me explicara las cosas a media, pero ya me había acostumbrado.
Esa noche en la feria fue muy divertida, comimos mucha comida chatarra, ChenLe asusto a algunas personas con su risa de delfín y JiSung por fin pudo subirse a la montaña rusa. Pero aun nos faltaba la atracción principal.
Y era aquella gran rueda de la fortuna que sobresalía en toda la feria adornada de luces brillantes, realmente hermosa.
Aun estando al lado de Jaemin voltee a ver a RenJun, su mirada estaba perdida en cada una de las secciones de la gran rueda y tenía una pequeña sonrisa en sus labios.
–¡Debemos ir! –Chillo emocionado Haechan–
–Tenemos que hacer la fila. –Le dijo Mark antes que Haechan se lo llevara arrastrando–
Todos aceptamos gustosos mientras nos dirigíamos a hacer la fila para entrar en aquella brillante y grande estructura. Mis manos estaban dentro de mis bolsillos nervioso mientras Jaemin sonreía como si nada estuviese pasando al alrededor, aunque sentía la mirada de RenJun taladrarme la nuca.
Se supone que todas las personas entraban en pareja a cada cabina, fue una larga pelea entre JiSung y Haechan por quien subiría con Mark, al final el pequeño JiSung gano ya que le había dicho a Haechan que publicaría unas fotos comprometedoras de él, ¿Qué fotos? No lo sé , lo único que se fue que inmediatamente el moreno soltó a Mark mientras murmuraba un "Ganaste esta vez pequeño infeliz". Así que Haechan termino yendo con ChenLe, Jaemin conmigo y RenJun con Yukhei.
Sabía que RenJun quería mucho subirse a aquella atracción, había fantaseado días enteros con ella y era realmente hermoso ver sus ojos brillantes emocionados viendo las luces de la Rueda de la fortuna.
Hice una mueca y suspire, estúpido Yukhei.
La fila avanzo de una forma tediosa y larga para mí hasta que llegó el turno de subirnos. Fue allí cuando vi como alguien le tocaba el hombro a Jaemin y este volteaba con fingida inocencia.
–Oh, ¿Qué pasa RenJun? –Pregunto manteniendo su sonrisa–
RenJun parecía tímido y a la vez molesto. Ambos mantuvieron una lucha de miradas silenciosa hasta que el chino hablo.
–Quería saber si podía subir con Jeno a la rueda de la fortuna.
Una sonrisa burlona se plasmó en la cara de Jaemin y sentí que algo iba a explotar en ese momento.
–Claro RenJun, no te preocupes yo iré con Lucas.
RenJun se quedó a un lado de mi en sileno sin dirigirme una palabra, yo por alguna razón tampoco podía decir nada, me sentía muy nervioso y mis manos estaban comenzando a sudar.
Llego el momento de entrar a la cabina y ambos pasamos aun en silencio, RenJun sentándose enfrente de mi mirando la ventana sin emitir ningún sonido. ¿Qué estaría pasando por la mente de RenJun?
Mientras subíamos también dirigí mi vista a la ventana, toda la feria se podía apreciar desde allí y creo que la palabra hermosa le quedaba corta a aquella vista.
–Jeno yo..
Mire a RenJun inmediatamente pero este se volvió a quedar callado como si se hubiese arrepentido de lo que sea que iba a decir y volvió a mirar la ventana en silencio. Yo fruncí el ceño.
–¿Qué pasa RenJun?
–No es nada–Dijo aun viendo la vista– No te preocupes.
–RenJun. –Toque su rodilla y el volteo a mirarme– Sabes que es malo callar las cosas, puedes decirme que pasa.
Lo vi tomar una gran bocanada de aire.
–Es estúpido Jeno, ¿Sabes?. Creo que me gustas , ¿Si?. Y es patético porque sé que te gusta Jaemin y ahg.
Él puso ambas manos en su cara ocultándose. Mi corazón latía en mi pecho muy rápidamente, ¿De verdad había escuchado aquello?, una sonrisa se posó en mi rostro inmediatamente. De verdad RenJun me correspondía, mi hermoso moomin azucarado me correspondía.
–A mí no me gusta Jaemin, RenJun. Me gustas tú.
RenJun quito lentamente sus manos de su rostro dejándome ver su cara sonrojada y sorprendida. Solté una pequeña risa ante tal imagen.
–¿Lo dices en serio?.
–¿Crees que si no me gustaras te compraría todos esos dulces que comes?
Volvió a cubrir su rostro con su rostro con sus manos, sabía que estaba avergonzado pero yo no podía dejar de sonreír.
–Oh dios mío, esto de verdad está pasando.
Lo hale y lo acerque a mi pecho mientras sonreía, su cabello me hacía cosquillas en la cara haciéndome reír un poco. El alzo su cara mirándome, sus ojos marrones brillaban gracias a las luces que desprendía la rueda y sus mejillas estaban rosadas como uno de esos helados de fresa que a él tanto le gusta comer.
–Sigo sin creer que esto de verdad este pasando. –Dijo mientras se sonrojaba aún más–
Yo junte mi nariz con la suya.
–RenJun, me gustas, no. Ni siquiera eso, estoy enamorado de ti y te amo tanto como amas los dulces. ¿Acaso es difícil entender eso?.
Sonreí al terminar de decir aquello, RenJun se quedó en silencio y entonces hizo algo que había imaginado tantas veces desde que me di cuenta que lo amaba.
Me beso.
Junto sus labios con los míos tímidamente, sentí mi rostro arder mientras que en mi estómago parecía que todos los órganos tenían una fiesta. No podía creerlo, de verdad RenJun me estaba besando.
Joder, RenJun me correspondía, me correspondía y me estaba besando.
Sus finos labios estaban sobre los míos moviéndose tímidamente, esos hermosos labios que había anhelado tantas noches. Esos labios dulces, dulces como todos esos postres que él comía.
Ni las galletas, ni el algodón de azúcar, ni las gomitas eran tan dulces como los labios de RenJun.