–No sé por qué el chocolate me recuerda a ti, Jeno.
RenJun recargo su cabeza de mi hombro y soltó un suspiro mientras le daba una mordida a su barra de chocolate.
–Qué cosas dices –La risa que se escapó de mis labios nerviosa–
–Así funciona mi mente.
Junto su mano con la mía entrelazando nuestros dedos. El simple contacto de RenJun quemaba mi piel. Sus ojos me miraban fijamente mientras en sus labios se plasmaba una pequeña sonrisa.
Ninguno dijo nada.
Mi corazón casi se salía de mi pecho.
El estiro el chocolate hasta mí aun con nuestras manos unidas.
–¿Quieres?.
