Las aceras se tornaron mas frías, la lluvia dejo de hacerme feliz, cuando ella se fue podía saltar sobre los charcos pero no era igual, el mundo solo lograba decepcionarme. Me detuve a ver mi reflejo en la ventana de una tienda cerrada, se me ocurrió que podría hablar conmigo mismo, decirme las cosas que me herían, decirme las soluciones, darme respuestas.
-No eres nadie, me dije.
-busca mas allá de ti, estas lejos de casa.
Ni siquiera podía entenderme, no sabia a donde iría si mi casa, mi hogar estaba en ella, es decir; a su lado. Así que me decidí a caminar, me di rienda suelta sobre la ciudad, iría a conocer un poco mas del mundo del que me había ocultado. Así fue como termine en el mirador de la montaña, me enamore también de mi ciudad, me di cuenta de que ella no tenia la culpa de los miles de padres que cortan alas, me sentía un poco mas feliz, era una persona libre después de todo, pero nada de eso me hacia ser menos solitario. Ahí estaba yo en la inmensidad de luces y edificios que hacían a mi ciudad bella, pero seguía siendo diferente, seguía siendo el raro, veía a todas las personas a mi al redor y ninguna estaba tan sola como yo, un pequeño niño indefenso era como me veía.
Llegue un poco tarde a casa, mas de lo habitual.
-¿donde estabas?- me pregunto mama.
Por ahí, le respondí y me fui a directo al cuarto, mi habitación, el lugar mas frió de este lado del mundo. Prácticamente me tire sobre la cama y extendí mis brazos viendo al techo, eche un suspiro al aire mientras pensaba en ella, Julieth. Ella en una noche me enseño lo que nadie en toda una vida, sin palabras me dijo que no debía ser una persona perfecta, solo debería ser yo y estaría bien, ella esa noche había decido hundirse conmigo, en mi desastre de personalidad, eramos dos personas sin vida, pero con algo mejor, amor... O al menos así lo había sentido yo, fui a la siguiente terapia de grupo con la esperanza de verla de nuevo, pero no estuvo allí ese día, ni los siguientes tres meses. Fui cada día, esperando verla, camine por los lugares de esa noche, esperando verla, pero había desaparecido, yo debía olvidara y creer que era parte de mi imaginación, después de todo tenia algo de sentido porque nadie en este mundo podría ser tan bella.
Los días pasaron, los meses pasaron y me concentre en vivir, la música me hacia feliz, un tiempo después entre en una banda, yo era la segunda voz y la guitarra principal, salia con una o con otra de vez en cuando, pero jamas perdí la esperanza de volverla a ver. Mi corazón le pertenecía a ella y solo a ella, cada letra, cada acorde eran suyos, de su propiedad, porque ella era mi inspiración, ella me inspiro a vivir a esperarla a creer en los sueños, a creer en el amor, a creer en mi. Y Aun así, ahí estaba yo, detrás del sonido de seattle en mi ciudad, interpretando a pearl jam y nirvana, persiguiendo los autos que harían mis sueños realidad. En pocas palabras era un niño haciendo covers en un bar, con muchos likes en facebook, sin embargo al finalizar el día seguía sintiéndome muy solitario.
Trate de olvidar, de salir con otras chicas, pero nunca nadie fue como ella, nadie me dio tanta esperanza y ganas de vivir.
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SOY MI DESGRACIA
Teen Fiction¿Has dejado de creer en ti alguna vez? Esta es la vida de una persona solitaria y común, aunque va mas allá de los problemas cotidianos, estoy seguro de comprende por lo que cada persona a pasado, el no dejar los sueños atrás y luchar por el amor, a...