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Pero vamos a relajarnos, a tomar esto con calma, porque una que otra vez en la vida se debe tomar una pausa y respirar, tomar el aire que se perdió a punta de suspiros y dejarse caer, comprender que luego de la caída lo único que prosigue es levantarse, por eso decidí tomarme mi tiempo al caer, ver la lluvia de otra manera y con otros ojos, entender, captar mas que cualquier otra cosa que aunque podría morir, debería hacerlo en el intento.

Cuando paso el tiempo que debía pasar y llego el primer día de universidad, llegue con miedos y me sentí por completo como un desconocido, desasociado de la realidad, llegue al salón de clases con inseguridades, ví a todos como quien mira para arriba y ve una montaña inescalable, a cualquier asiento le hubiera sido fiel.. A eso y a la soledad. Aunque definitivamente no era el lugar al que pertenecía, debía adaptarme y tratar con ganas de ser quien no era para enorgullecer a mi madre.

Mucho tiempo paso, y muchos ojos pasaron ante los míos, siempre solo, siempre yo, mis libros y mi música jugando a ser felices, riendo de cosas tristes y creyendo que la vida podría ser solo un juego de realidad virtual.

Fue cuando alguien apareció en mi vida, causalmente su nombre también era Yulieth.

Yulieth..

Yulieth..

Que increíble mujer, sus ojos claros, tez blanca, mejillas rosas y cabello rubio, y además metalera.

Aunque a decir verdad jamás me interesó, antes de que pudiera empezar.

¿Quien hubiera podido detenerla?

SOY MI DESGRACIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora