~ One-Shots ~ Goku x Chichi ~

||Por fin||

Con un gruñido, Chichi se empujó hacia arriba, golpeando la mano de su instructor cuando este trató de ayudarla.

La miró con preocupación, haciéndole fruncir el ceño.

- Bueno, vamos a intentarlo de nuevo - dijo la chica respirando agitadamente -.

- Vamos, Chichi, necesitas descansar - Goku trató de hacerla entrar en razón, tratando de domar a la furia que estaba delante de él -.

-¡No soy sólo una pequeña niña débil! - gritó Chichi mientras golpeaba con el pie el suelo, su ki incontrolado haciendo que el suelo se agrietara - ¡Yo puedo apañarmelas sola! ¡Cállate y pelea conmigo!

- Chichi, no puedes seguir forzandote así. Tienes que descansar - Goku trató de razonar con ella una vez más, alzando sus manos en defensa cuando ella lo miró con enojo -.

- ¡Puedo manejar esto! - Ella gritó de nuevo, asustando aún más al saiyan delante de ella -.

- Chichi, por favor. No puedes aprender si estás tan tensa como lo estas ahora - Goku trató de aplacar a la chica, ofreciéndole una sonrisa nerviosa -.

Aunque ella no quería admitirlo, ella podía ver que él tenía razón. Con una gesto serio, se dio la vuelta y aceptó de mala gana

- Bien, bien, tomemos un descanso.

Goku le sonrió, haciendo que el estómago de Chichi se removiera con mariposas mientras sus mejillas ardían. Observó al muchacho caer en el campo cubierto de hierba donde habían estado entrenando y pensó que ella también podría hacer lo mismo.

Los dos estaban allí, ninguno de ellos hablando con el otro, sólo mirando el cielo despejado y azul sobre ellos.

Chichi miró fijamente al chico que estaba a su lado, ruborizándose un poco al ver la adorable sonrisa en su rostro mientras yacía, contento. Enfocó sus ojos en el cielo y maldijo mentalmente la ingenuidad que había llegado a amar.

Sí, amaba a ese maldito muchacho. Lo sabía desde hacía bastante tiempo. Después de todo, ¿cómo no? Los chicos que eran tan puros como él eran simplemente imposibles de ocurrir. Ella sabía que, con él, no había ningún motivo oculto para usar su fortuna, y ​​realmente lo amaba.

Pero más que eso, él era tan amable y gentil, tan dulce e ingenuo con todos los que conocia. Un corazón más dulce y amable que el de él era casi imposible de encontrar, sólo estaba su propio padre compitiendo por ese título. Pero incluso más que eso, ¡ese chico era tan sexy! Por sus rasgos afilados y esa magnífica sonrisa con un cuerpo esculpido en piedra, parecía casi imposible que un chico tan perfecto existiera. Era muy fácil ver por qué prácticamente todas las chicas de la escuela estaban enamoradas de él. No es que alguna vez se diera cuenta cuando las niñas estaban prácticamente rogándole que los llevara a una cita. Y, si bien fue divertido ver a una niña tras otra irse frustrada por su incapacidad para tomar una pista, ahí estaba el núcleo de su problema.

Ese chico estaba tan malditamente despistado.

Al menos... eso es lo que esperaba que fuera.

Tal vez él sabía cómo ella se sentía... ¿pero simplemente no sentía lo mismo? Tal vez él pensó en ella como sólo una amiga y nada más ¿Tal vez estaba interesado en otra chica? ¿Pensaba que era fea, o demasiado varonil, o grosera?

No... no, eso no podía ser. Después de todo, él pasaba casi todo su tiempo con ella hoy en día, y él parecía incluso menos interesado en otras muchachas cuando él estaba con ella. ¿Tal vez ni siquiera estaba interesado en las chicas? Le entristeció que ella tuviera que esperar que el tipo del que estaba enamorada estuviera completamente desorientado y no simplemente desinteresado en ella.