Capitulo 27

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Cuando dejamos de escribir, no es porque lo queramos, si no porque algunas veces necesitamos desconectarnos, de lo que no nos deja respirar, ni ser libre por un momento. Y es que me he detenido un poco a pensar en lo que me ha pasado, acomodarlo y escribirlo, de manera que puedan sentir las palabras, sientan lo mismo que yo cuando escribo y ustedes lo leen.

El entender que Diego no llamaría, fue una de las cosas más destructivas en mi vida, entender que el me había olvidado también lo era. Pero nadie dijo que no lo lograría, que despertaría en las mañanas sin esperar su mensaje o una llamada, que al mirar pasar lo carros esperaría que el estuviera por ahí, que lo iba a olvidar, solo era cuestión de tiempo.

La vida era un poco mas sencilla, al no esperar algún mensaje de alguien, al no querer amar a nadie, tengo que confesar que algunos días no eran así, se volvían eternos. El entrar a clases, a un nuevo salón, nuevos compañeros y maestros fue un tanto preocupante, pero al menos eso iba a tener mi mente ocupada un rato para no pensar en Diego. El primer día no fue el mejor, me desperté en la madrugada para alistarme, pero se me hacia un nudo en la garganta,ahora ya no estarían mis amigas para hacerme sentir mejor, ni mucho menos habrían mensajes de Diego al despertar deseándome suerte. Llegué a la escuela, mas temprano que los demás para saber en que salón me había tocado. Entre al salón junto con tres niños más que también se habían cambiado de turno. Me sentaron alrededor de hombres, ninguna niña, estaba tan asustada que no podía mirar a nadie, empezaron las clases con una maestra, de altura media, cabello pelirrojo corto, y usaba lentes, dijo que haríamos una actividad de conocimiento, teníamos que decir nuestro nombre, y también algo que no supieran de nosotros y algo que nadie supiera de nosotros.

Estaba pensando en otra cosa, que al darme cuenta todos me estaban mirando, me tocaba a mi hablar. Me pare distraída y comencé:

-Me llamo Paulina.-Suspiré.- Lo que todo saben de aquí es que voy en la tarde.-Todos se rieron y comprendí mi error.- Iba en la tarde.-Afirmé.-Y lo que nadie sabe de mi es que me gusta cantar.-Todos aplaudieron.

Después de eso yo tenia que pasarle la lapicera a quien seguía después de mi, a un niño de enfrente, Axel. No lo vi, al principio no, y quien iba a pensar que ese niño iba a estar muy presente.
Ah primera vista Axel parecía un chico demasiado raro, tenía los ojos grandes, sus labios eran muy anchos y tenía una sonrisa casi perfecta. Se sentaba en frente de mi. Ese mismo día no hablé con nadie, hasta el tercer día, Axel se giró hacia mí.
-¿qué se sentía estar en la tarde?.-Dijo en tono burlón.
No lo mire.
-Es mejor, de eso estoy segura.-Contesté lo más fría que pude.
No dijo nada más.
Tomé mi teléfono y prendí los datos. No había ningún mensaje de Diego, solo había uno de Víctor. Estaba hablando con él cuando Axel se volvió a girar y fisgoneó en mi celular.
-¿quién es Víctor?.-Preguntó
-Un amigo.
-Préstame tu celular.
-¿Para qué?
-Quiero preguntarle a tu novio que si te quiere.
-Primero. No es mi novio. Segundo no te voy a prestar mi teléfono.-Lo miré con odio.
-No importa, dámelo.
-Esta bien, solo puedes mandarle una nota de voz.-Pisé el botón.
-"Hola Víctor,¿porqué te llamas Víctor?"
Puse los ojos en blanco.
Me parecía un completo idiota, pero yo terminaba ignorándolo. Aunque tenía que confesar que a veces decía muchas estupideces,y me hacía reír, me pedía colores, lápiz. Siempre trataba de hablarme.
Yo no sabía, pero él y Hannia habían traído onda el primer semestre, se me hizo bastante raro, porque ellos ya no se hablaban, y no quería meterme mucho en eso, pero Axel parecía un buen chico. En clase siempre les hacían burla con ella. Un día en clase se sentó a lado de mi, estuvimos platicando y riendo, le hacía sentir feliz y algunas veces olvidar que estaba en la mañana y sola, cuando me estaba riendo con él pude sentir algunas miradas sobre nosotros, mire a mi alrededor y mis compañeros nos estaban viendo con los ojos muy abiertos.
-Hannia, eso duele.-Escuche decir a alguien.
-No esperen, es que Axel no me quiere...-No terminé de explicar cuando empezaron.
-¡Uyyyyy!.-Se podía escuchar.
Me puse muy roja.
Resulta que entre Axel y yo estaba creciendo algo, una amistad, me gustaba platicar con el, y me gustaba cuando nos mirábamos y sonreíamos. Platicábamos en clases y también por Messenger, para esto nuestra amistad podía ser grande, le conté lo que había pasado con Diego, y le dije que estaba muy triste, lo que hizo fue pasarme canciones tristes. Una de ellas se llama "Without you" quedaba perfecta con lo que me estaba pasando, seguía tan obsesionada con Diego que yo misma me daba lástima por extrañar a alguien que no lo hacía.
En la segunda semana de nuevo ingreso, viernes para ser exactos, salí con Emily y nuestras demás amigas saliendo de la escuela, fuimos al centro y ahí me encontré a Axel. Le grité y me miró. Me saludo con las manos y se fue. Ese mismo día me la pase con Emily y mis amigas en el centro hasta que dieron las 6:00 de la tarde, caminamos en la avenida principal del centro. Sabía que si iba a estar ahí Diego, no me equivoqué, pasó en su carro, y era obvio con quién iba, el corazón se me hizo trizas una ves más. El no me vio, camine con lagrimas otra vez en los ojos. ¿Cómo era posible sufrir por alguien que ya estaba con otra persona? ¿Cómo era posible extrañarlo tanto?¿cómo era posible que no hubiera llamado aún?
No dije nada, ni siquiera de camino a casa, estaba tratando de hacer entender a mi corazón que él no volvería, ni que me necesitaba tanto como yo a él. El mismo domingo mi tía me dijo que habían arrancones, me dijo que si quería ir con ella. Yo accedí, porque sabía que Diego estaría ahí, y quería verlo, aunque doliera quería verlo. Resulta que que estaba ahí, no se acercó donde estaba, me podía verlo desde lejos, mirarlo feo es como una de mis dones, pero yo no merecía lo que me había hecho.
Al final de día llegue a mi casa como cualquier día normal. Estaba contestando algunos mensajes cuando sonó mi teléfono. Era Diego, me estaba llamando. No le contesté, esperé a que colgara para mandarle mensaje. Le dije que para qué me había llamado. Estuvimos hablando acerca de lo mal que la pasamos al no hablarnos por más de un mes. Pero ya no era lo mismo, sentía que toda esa magia que sentía al recibir un mensaje de él se había esfumado. Ya no hablábamos de cosas interesantes. El amor que sentía por él se estaba terminando y juro que era por su culpa.
Ese día también recibí un mensaje de Axel, me había dicho que se había peleado con un niño de la escuela. Que tenía que ir al doctor así que tenía que faltar un par de días. Me sentía un poco preocupada. Pero sabía que él estaría bien.
Al llegar el lunes por la mañana como era de suponerse Axel no estaba ya sentando en la butaca de enfrente como siempre además de que él siempre llegaba temprano. Todos hablaban de la pelea que había ocurrido el viernes después de clases y recordé a Axel, la última ves que lo había visto. En el receso se corrió el chisme de que Axel estaba en dirección con él niño con el que se había peleado. Fui a dirección corriendo porque tenía que ver a mi tía. Entre y el estaba ahí, sentado, no usaba el uniforme de la escuela, lo miré y tenía la cara triste, y tenía un golpe cerca de la ceja, me dio tanto horror verlo en ese estado que aparte la mirada de inmediato. Salí de la dirección y escuche a mi compañero decir algo:
-¡Parece que los expulsaron!.-Gritó
-¡¿qué dices?!.-Pregunté asustada.
-Lo que escuchaste, Axel y Alejando se irán de la escuela.
Todo se ensombreció.
-Me estás mintiendo.-Dije asustada.
Mi mente daba mil vueltas, aquel niño que me había hablado antes que todos, que me hacía reír él clase, aquel que me hacía sentir mejor, aquel que había llenado el vacío que había dejado Diego se iba a ir, se iba a apartar de mi, y probablemente ya no lo vería jamás. Odiaba tanto la idea de que se tenía que ir.
Le mandé mensaje y le pregunté si era cierto, y me dijo que si, que la Directora había tomado la decisión de expulsar a los dos niños. El corazón se me hizo mierda. ¿Cómo era posible que la vida te diera todo y después te lo quitará sin ninguna explicación?. Le dije que lo extrañaría tanto, que iba a extrañar que me molestara en clase, y que lo quería tanto, le agradecí por lo mejores momentos que nos había dado la vida. Solo tenía que aceptarlo. El segundo día él tampoco estaba ahí, su butaca estaba vacía, se me hacía un nudo el la garganta, porque él no merecía no estar ahí. Miraba a la nada cuando escuche a alguien hablarme:
-¿extrañas a Axel?.-Me preguntó el de a lado.
Lo miré feo.
-No digas estupideces.
El cariño que le tengo a Axel, es tan grande que no se compara con lo que sentí por David, por Diego o incluso Ángel. Al mirarlo no puedo mirar a nadie más. Me gusta cuando nos miramos y me sonríe. El no es perfecto, ni siquiera guapo, pero llegó justo en él momento perfecto, justo cuando no esperaba nada. Me hace sentir cómoda cuando hablo con él, puedo reír con él y siempre tendrá una sonrisa, me gusta mirarlo cuando está distraído, no estoy segura de lo que siento por él, pues nunca lo había sentido, lo único que se es que es más grande de lo que pienso.

Un corazón roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora