CAPITULO 5

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PAULA

Los siguientes días fueron más normales. Lo cual, irónicamente, fue muy extraño.

Hicimos cada uno nuestras actividades, y casi por suerte y desgracia casi no vi a Santiago y Sebastian.

No había vuelto a tener sueños, y eso me inquietaba. Significaba que el gigante intentaba darme a entender mi situación. Casi podía oírle riendo y diciendo: "Ya viste mucho a tu madre, ahora trae al hijo de Poseidon o verás las consecuencias"

Y aparte, estaba ese chico rubio. No entendía mucho, pero estaba segura que era el mismo que Santiago y Sebastian enfrentaron. No más cuando les pregunté esa noche, se pusieron muy nerviosos.

Por alguna razón, los campistas se alejaban de mi, y eso no me resultó para nada agradable. Era como si pensaran que por mí, el dragón apareció. En plan: "Ah hola. Tu fuiste atacada por un dragón, así que es tu culpa. Alejate de mí"

Aun así me sentó bien el que Nicolle y Diana pasarán tiempo extra conmigo, de hecho estábamos hablando del próximo juego de guerra cuando Diana dijo:

-Estas lista para el torneo?

Yo frunci el ceño. Hasta que me di cuenta que se refería al Ellix.

-Nop -respondí. La verdad yo nunca iba a ese puñetero torneo, debido a que me parece una estupidez. Verás, has oído acerca de Perseo o Teseo o Heracles? No, no, espera. Empecemos por el principio.

Un Ellix es una especie de evolución en tus poderes de semidiós, el cual es otorgado por tu padre al verte y saber que eres digno. Dice la leyenda que te vuelves tan fuerte que eres capaz de vencer a un dios en una batalla mano a mano. El maldito problema era que desde (según Quirón) el siglo XVIII no han vuelto a aparecer y con el tiempo la forma de obtenerlo se oxidó, pero desde hace 4 años se hace una especie de torneo para buscar y lograr encontrar más Ellix. Aun así siguen sin encontrarse, y cuando ves a Quirón puedes darte cuenta que es inútil.

Nicolle se mordió el labio, su larga melena marrón estaba cogida en una trenza sobre su hombro -Por qué lo dices?

Diana se quito un mechón castaño de su cara, sus grandes ojos oscuros se perdían en la distancia -Mi padre es Ares, dios de la guerra. Esta en mi sangre, creo.

Nicolle puso sus ojos castaños en blanco -Yo también, y aquí me tienes.

Y de eso trató toda la conversación sobre el torneo.

*****

Pasó una semana y el campamento se normalizó, pero yo no.

No dejaba de pensar en mi madre, aun a sabiendas de que no podría hacer nada, no podía irme sin una autorización de Quirón, y aunque huyera para buscar a mi madre a donde rayos huiría? Ese maldito gigante no me había vuelto a contactar y mi inquietud seguía creciendo, además aun estaba esa profecía que Lina había dicho.

El sábado siguiente al ataque del dragón, el 13 de Junio, cerca de las 5 am yo estaba en el ruedo de arena practicando mi ataque cuando Santiago apareció corriendo. Su pelo negro estaba revuelto como si acabara de despertarse, sus ojos verdes estaban lagañosos, estuve a punto de reírme hasta que vi que Julian venia detrás.

-Qué pasa? -les pregunté. Julian puso sus ojos en mi.

-Hay una reunión de los lideres de las cabañas, por lo que te necesitamos en la Casa Grande.

*****

La reunión se llevó a cabo en la sala de estar, alrededor de una inmensa mesa de ping pong, cada uno sentado a un lado. Un par de sátiros nos trajeron galletas Cheez Whiz, nachos y un par de sodas. Tomé un par de galletas y unos sorbos de soda, mientras esperábamos a Quirón.

Los Salvadores Predichos: El Cristal de UranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora