Peligro (la mentalista #1)

Capítulo 6

— ¡Aún no puedo creer que le hayas ganado a Jason en una pelea! —exclamó Daniel por enésima vez.

        Había pasado una semana desde aquel incidente y desde entonces Natasha había recibido ese comentario cientos de veces. No solo de Daniel, muchas personas le decían lo excelente que había estado y le mostraban su respeto. Algunas ni siquiera la conocían, pero igual le expresaban su admiración.

—¿Podrías parar con eso? —le dijo la chica una vez más—. Solamente fue suerte.

—No, no lo  fue  —intervino Alicia, los tres se dirigían al comedor para tomar su almuerzo—. Le ganaste al segundo mejor luchador del refugio, eres buena.

—¿Segundo? —preguntó Natasha. Nunca le habían dado ese dato—. ¿Quién es el primero?

—Paul —respondió Daniel—. Tiene la mayor cantidad de victorias; aunque nunca se ha enfrentado a Jason. Me pregunto cómo sería esa pelea.

        Paul. Natasha no lo había vuelto a ver desde que salvó su vida de los rastreadores, por lo que entendía ya había terminado su educación, ahora se limitaba a buscar a posibles dotados y protegerlos. Aunque se notaba que sus amigos tenían un gran vínculo con él, en especial Daniel.

—Por cierto, el cumpleaños de Paul ya se acerca —dijo Alicia mientras se sentaban en una mesa del comedor—. ¿Ya pensaste en que regalarle, Daniel? Al fin y al cabo es tu mejor amigo...

—No tengo la menor idea de qué comprarle y no ha llegado a dormir últimamente, así que no puedo preguntarle.

—¿Entonces tienes el cuarto para ti solo? Te detesto, no sabes cómo me exaspera tener que convivir con Lisa, aunque ahora tengo a Natasha que lo hace un poco más soportable... Como sea, le compré una camisa, puedo incluirte en mi regalo si quieres.

—Eres una salvavidas.

        Los tres amigos pararon de hablar mientras un chico pelirrojo les tomaba la orden. Cada uno ordenó su comida y el chico se fue. Siguieron conversando acerca del cumpleaños de Paul. Al parecer iba a ser todo un evento, Paul era muy popular en el refugio y le pidió permiso a Kate para dar una fiesta ese día. Todos estaban invitados e inclusive el toque de queda estaba abolido ese día. Lo cual era un motivo para que todos lo celebraran.

        El chico que estaba cumpliendo su castigo llego con sus órdenes. Dos quesadillas para las chicas y una hamburguesa doble para Daniel, quien empezó a comer un segundo después que le pusieron su plato en la mesa.

—Como sea —dijo este mientras terminaba de masticar—, pensaba en saltarme el periodo de la tarde ese día para llevar a Paul a almorzar afuera. ¿Quieren venir?

—Por supuesto —dijo Alicia sonriendo.

—No lo sé —respondió Natasha—. Ni siquiera lo conozco tanto.

—¡Oh Vamos! —exclamó Daniel—. Te salvó la vida. Eso prácticamente los hace mejores amigos.

—Tienes un concepto demasiado retorcido del significado de amistad —dijo Natasha entre risas.

—Pues agradece que lo tenga, solamente alguien retorcido puede intentar ser tu amigo.

        Natasha reconoció esa voz al instante. Lisa. No entendía que había hecho para no agradarle; pero toda la semana había estado haciendo comentarios de ese estilo.

—¿Te importaría, no sé, meterte en tus asuntos? — le preguntó Alicia de manera no muy cordial.

—Perdón. Pensaba que como Natasha tenía derecho de meterse a mi cuarto yo tenía derecho a meterme en sus conversaciones. Tal vez hasta podamos compartir ropa... Cuando te canses de robar la de Alicia.