Peligro (la mentalista #1)

Capítulo 15

—Pero miren nada más, ¡el grupo rebelde del refugio! —exclamó Jason en un tono de broma.

        Natasha no le había vuelto a dirigir la palabra desde el día en que le ganó en la clase de defensa. Con todo lo que había pasado parecía que fue hace muchísimo tiempo.

—¡Jason! —exclamó Alicia sorprendida—. Pensé que vendría algún guardián.

—Pues te enviaron a un guardián en entrenamiento —dijo levantando sus enormes manos—. Lo sé, yo también me sentiría estafado.

—No es eso —replicó la chica—. Simplemente creí que Kate se tomaría esto un poco más seriamente.

—Pues este no es el único problema que tiene Kate —le confesó Jason—. El refugio es un desastre y supongo que quiere tener a todos sus guardianes de cerca, inclusive a los de entrenamiento.

—O sea que nos espera mucho trabajo —le dijo Daniel a Alicia.

—Si es que sobrevivimos —añadió Lisa.

        Entre los cuatro subieron a Oliver al microbús en el que andaba Jason. Natasha se preguntó de dónde lo sacó. ¿Acaso el refugio tiene su propio arsenal de autos? Otra pregunta más a la ya infinita lista de cómo funciona el refugio.

—Entonces… dijiste que las cosas estaban mal en el refugio… —empezó a decir Daniel una vez que todos estaban en el vehículo.

—Pues sí —afirmó Jason—. Todos están muertos de miedo, después de todo es la primera vez que alguien logra infiltrarse. Y por si fuera poco ustedes deciden desaparecer sin más. Kate está furiosa, algunos estudiantes corrieron el rumor de que ustedes también estaban secuestrados y el ambiente ahora es más tenso que nunca.

—Típico —dijo Alicia en un tono irónico.

—Pero eso no importa ya —les dijo Jason mostrando una sonrisa—. Lo importante es que ya tienen a Oliver y que se pondrá bien dentro de poco ¿no es así?

         Nadie respondió. La verdad es que no sabían exactamente la condición de Oliver. No había despertado, ni siquiera se había movido desde que lo rescataron de las garras de los rastreadores; aunque nadie mencionaba la posibilidad de que nunca despertara otra vez. Natasha pensó que nadie lo hacía porque así la esperanza era mayor, después de todo nada es real hasta que se dice en voz alta.

         El resto del viaje fue silencioso, aunque no fue para nada incómodo. Natasha, quien iba en el asiento delantero, aprovechó parte del viaje para recuperar sus horas de sueño. Después de sentirse descansada abrió los ojos. Todos, excepto Jason, dormían.

 —Es difícil ¿no? —le dijo Jason, quien la distrajo mientras observaba a Lisa dormir al lado de su novio.

—¿Qué cosa? —le respondió Natasha sorprendida.

—Sobrevivir así —le dijo en un tono serio—. Un día piensas que eres normal, que el mundo es perfecto y de repente… Tienes a un ejército de personas detrás de ti.

—Pues sería lindo que al menos te dieran un aviso —bromeó Natasha sin ganas.

—Lo que sería lindo es saber por qué lo hacen, porque corremos peligro. Creo que esa es una de las principales razones por las que quiero ser guardián —le confesó el chico—. Es difícil, pero al menos eres capaz de averiguar el propósito de los rastreadores, si no es que te atrapan primero.

—¿Es difícil ser un guardián?

—Mucho —rio el chico—. Tu entrenamiento es más duro que el de un refugiado normal. Y como si eso fuera poco también te hacen un profundo entrenamiento intelectual. Es agotador, pero aun así muchos quieren serlo. Puedes preguntárselo a tus amigos, después de todo ellos también son guardianes en entrenamiento.