Capitulo 30

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Alison

Manejaba a toda prisa mientras escuchaba los gritos de mi mamá por el dolor que sentía. Me pasé semáforos en rojo, esquivé autos mal estacionados hasta que llegamos al jodido hospital, Simon la sacó del auto en los brazos y la puso en la silla de ruedas, corrieron con ella y lo último que vi fueron sus lágrimas, luego desapareció junto con los enfermeros. Me estaba comiendo las uñas de los nervios, del miedo. Simon daba vueltas por toda la sala de emergencias esperando noticias.

Maldije a Ellie una y mil veces por esto, todo a causa de su maldita locura, me siento culpable porque soy la causa de este conflicto. Quisiera tener descanso de esto por un momento, ha sido demasiado y eso fue la gota que rebasó el vaso. Pasaron tres horas y no sabíamos nada de Adele, Simon no dejaba de preguntar por ella y yo solo rogaba porque ella y la bebé estuvieran bien. La doctora salió acercándose a nosotros.

—La paciente y la bebé están fuera de peligro. Fueron trasladada a una habitación, pueden pasar a verla —dijo la doctora y yo respiré aliviada, Simon salió con la doctora y yo me quedé con Angelo en la sala de espera.

—¿Iras a verla? —preguntó el.

—Si... pero primero iré al cafetín ¿Quieres algo?

—No. No te demores —dijo el y caminó detrás de Simon, yo bajé al cafetín y pedí un chocolate caliente.

Me senté en una mesa que estaba en la esquina del cafetín, es un alivio que tanto ella como la bebé estén bien pero aun así no deja de preocuparme todo esto, mi abuela no se va a quedar tranquila hasta lograr lo que quiere y es lo que mas me preocupa. Viene el juicio y ni ella ni Adele van a estar tranquilas hasta no obtener lo que quieren y lo que menos quiero ahora es que la situación de Adele empeore por esto, está en riesgo ella y está en riesgo la bebé. Tengo que hacer algo y no sé qué haré pero esto tiene que tener una solución. Subí hasta la habitación y me senté afuera a esperar a la doctora, cuando la vi dirigirse a la habitacion le hablé.

—¿Cómo están mi mamá y mi hermana?

—Hasta el momento bien, fue delicado el proceso para evitar el parto pero están bien. Adele tiene que guardar reposo absoluto por el embarazo, una próxima recaída y puede ser peor. Aun la bebé no está completamente formada, así que necesita los dos meses que restan para que nazca sana y fuerte. Traten de no darle dolores de cabeza y que esté lo más tranquila posible —dijo y yo asentí, me senté nuevamente pensando en lo que acaba de decir la doctora y tenía razón, ahora lo primordial deben ser ellas dos. La doctora salió y Angelo después.

—Iré a casa ¿Te quedaras aquí? —preguntó Angelo.

—Si... me quedaré un rato mas, luego iré —el asintió y caminó hasta los ascensores. Miré el reloj y ya era bastante tarde. Pensaba y pensaba en que hacer para evitar lo del juicio pero no se me ocurría absolutamente nada, no quiero que mi mamá pase por esto, quiero que esté bien y la bebé también así que la única opción era la que pensé. Me levanté y con cuidado de no despertar a Simon y Adele entré a la habitación, Simon estaba recargado sobre la camilla de Adele y ella estaba acostada con la mano puesta en su vientre, me acerqué a ella y mis ojos se llenaron de lágrimas de inmediato.

—Todo va a estar bien, ya lo verás —susurré acariciando su cabello y deposité un beso en su frente. Salí lo mas rápido que pude de la habitación.

Mientras iba camino a casa pensaba en si lo que estaba haciendo era lo correcto. Cuando entré las luces estaban apagadas, la habitación de Angelo estaba entre abierta y lo vi descansando. Pensé en cuanto iba a extrañar a este niño, entré a mi habitación y tomé mi mochila, recogí mis cosas o lo que tenía aquí y lo metí en ella, me peiné un poco y salí con la mochila, bajé hasta la sala y tomé mis medicinas para las heridas que aún tenía. Salí de la casa y caminé hasta la avenida para tomar un taxi que me llevara hasta mi casa, cuando llegué Zeus me recibió lanzándose sobre mi.

When We Were Young 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora