28. Cambios de humor

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Joe

Jueves, todo el mundo adora el jueves ¿no?

En realidad no, el jueves no le suele gustar a nadie

O si...

O no...

Perdonadme, paso mucho tiempo sola.

Llego al instituto y entro en mi clase, aún no hay nadie, me siento en un sitio del centro... Nunca me ha gustado llamar la atención. Empiezo a revisar lo que dimos la clase anterior. Alguien se sienta a mi lado.

- Buenas- me saluda Scott.

Ruedo los ojos.

- ¿No me contestas?- pregunta Scott elevando una ceja.

- No necesito entablar conversación con estupidos - susurro.

- Yo no soy estupido- dice cruzándose de brazos, cierro el libro.

- ¿Estás seguro? - pregunto.

- Estas entablando conversación conmigo, entonces no soy estupido- dice sonriendo victorioso.

- He dicho que no necesito, no he dicho que no hable con estupidos- digo recostándome en mi silla.

- Joe, Joe, Joe, te haces mal a ti misma- dice negando con la cabeza.

Ruedo los ojos y abro de nuevo el libro pasando de Scott. Nadie más entra en clase ¿por qué será?

- Scott ¿qué hora es?- pregunto.

- ¿Me ves cara de reloj?- pregunta elevando una ceja.

Yo suspiro.

- Son las nueve y cuarto- contesta.

- ¿Y aún no entra nadie?- pregunto - ¿ni la profesora?

Me levanto.

- Venía a decirte que no hay profesora y que todos están fuera- dice sonríendo.

- ¿Y por qué no me lo has dicho?- pregunto recogiendo los libros.

- No necesitabas entablar conversación con estupidos- dice sonriendo victorioso. Yo grupo como respuesta.

- Acabas de declararte estupido

- Si, pero tú te has quedado diez minutos estudiando, para nada- dice cruzándose de brazos y elevando una ceja.

- Estudiar nunca está de más- digo girando la cabeza.

Sobretodo si no tienes con quien pasar tu tiempo libre.

- Scott 1, Joe 0

- No te soporto- digo suspirando.

- En serio, no mientas, se te da mal- dice negando con la cabeza.

Me pasa la mano por los hombros, oh no, esto no.

- ¡Déjame en paz!- digo mientras aparto su mano de mi hombro, yo solo quiero estar sola, como siempre.

- Ya entiendo porque no tienes amigos- dice cruzándose de brazos fruncido el ceño.

Se me hierve la sangre, No debería haber dicho eso.

Suelto un grito y siento mis ojos cristalizarse mientras una sonrisa se cierne sobre su estupido rostro.

No voy a llorar, no delante de él. Él cambia su gesto. Me doy la vuelta. Me freno. Vuelvo a darme la vuelta.

Mi ley de murphyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora